Estados Unidos: incógnitas sobre el futuro

En estos momentos, algunos gurús de la economía tienen una visión optimista sobre las perspectivas económicas de Estados Unidos para 2014, también el Banco Mundial y el FMI consideran que Europa lleva buen rumbo, por lo menos lo declararon en la reunión de los ricos celebrada en Davos, Suiza. No crean, también se sienten preocupados por el desempleo juvenil, la desigualdad tan avasalladora de los últimos tiempos y el empuje actual de China que enrumba a quitarle la hegemonía a los yanquis y europeos.

Otro equipo de analistas no piensa de igual manera. Ellos pronostican un panorama sombrío para este año.
Si hacemos un bosquejo, lo más objetivo posible en ambas orillas, vemos por datos tomados de diversas fuentes que, en 2013, Estados Unidos estaba en recuperación, aunque contenido por una terrible política fiscal federal. El hecho de que las cosas eventualmente estén en alza, no significa pasar por alto los vastos costos económicos y humanos de las malas políticas aplicadas hasta la fecha.

El sector trabajador fue el que más sufrió con la falta de inversiones productivas y las altas tasas de desempleo. El número de afectados por la pérdida de sus beneficios por desempleo aumentó a 1,6 millones de personas, después de que se paralizaron las ayudas federales cuando el Congreso no las repuso a fines de 2013. El corte de los fondos a los desempleados dejó a millares de hogares sin recursos para enfrentar los egresos durante las festividades navideñas y de fin año, en instantes en que la nación tiene más de 46.5 millones de pobres, según cifras oficiales.

La bancada de expertos pesimistas, por su parte, aduce interesantes consideraciones. Por ejemplo, el excorredor de bolsa de Wall Street, Jim Rogers, en su libro El futuro a través de los ojos de uno de los inversionistas más influyentes del mundo, expone: “Estados Unidos, se enriqueció gracias a una política inversionista razonable durante el siglo XX, hoy día es una nación que en vez de invertir y ahorrar, tan sólo consume. En 2014, los inversores deben estar muy preocupados, y deberían estar preparados para una dura batalla campal si quieren que el 2015 sea mejor”.

El autor cree que es un grave error destinar el dinero prestado a los enormes gastos militares del Pentágono. Las inversiones no van para una fuente de producción renovable, como por ejemplo la construcción de un canal o de una vía férrea. Las raíces de esta crisis las ve en la incompetencia de los políticos, que “llevaron al país al colapso del 2008″ y que siguen teniendo las riendas del poder hoy día.

Por otro lado, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) se siente afligida sobre las perspectivas económicas norteamericanas en 2014. Sus cálculos muestran que la economía va a permanecer moribunda y el desempleo se mantendrá cerca del ocho por ciento este año. Aunque no pierden las esperanzas, pues proyectan que el PIB real, entre 2019 y 2023, tendrá resultados anuales del 2,25 %.

Mientras, el presidente Barack Obama considera, como dijo en un discurso sobre el acuerdo del presupuesto para 2015,  que “nuestra economía sigue débil y vulnerable”. Obama prometió una reindustrialización, pero los expertos dicen que los cambios son cosméticos.

Otro asunto que tiene de vuelta y media a políticos, economistas e incluso a algunos ciudadanos, son las acciones de la Reserva Federal, quienes imprimieron miles de millones de dólares, sin ningún respaldo y continúan aumentando ese número a un ritmo asombroso cada mes. Se suponía que los dólares extras eran bombeados a la economía para estimular el crecimiento económico. Esto tuvo el efecto inverso: la reducción del poder adquisitivo de cada dólar, la fuerza motriz de la inflación. A medida que el dólar sigue disminuyendo en valor frente a otras monedas del mundo, las mercancías importadas a Estados Unidos van a ser más caras.

Entonces, ¿podrá la economía tanto norteamericana como a escala universal salir del atolladero en que está? Evidentemente aún faltan capítulos de esta novela.