Dilma Rousseff, digna mujer, curtida por la lucha antidictatorial en los llamados años del plomo, con una vertical actitud política demostrada en sus funciones públicas, realizó este lunes su autodefensa en una comparecencia calificada de histórica, ya no por salvar su cargo, sino la democracia ahora en peligro en la nación suramericana de más de 200 millones de habitantes.
Ante el Senado brasileño, y en una intervención de casi una hora, la Presidenta que alcanzó un segundo mandato en el 2014 con más de 54 millones de votos, mantuvo una postura serena, muy distinta a la mostrada por los integrantes, primero de la Cámara de Diputados y luego por los propios senadores, que en más de una ocasión se han enfrentado de una manera descompuesta y poco seria.
A pesar de los esfuerzos de los elementos de derecha en el Congreso Nacional para evitar la presencia de la Mandataria, una de las figuras prominentes del Partido de los Trabajadores (PT), Rousseff se presentó para presentar su defensa con palabras claras y un enfoque dirigido a demostrar su inocencia y a defender el compromiso que asumió ante la nación y quienes la eligieron por dos mandatos consecutivos.
Acompañada de su amigo y mentor político, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva y otros asesores del PT, la Mandataria alegó que ante las acusaciones de los parlamentarios “no puedo dejar de sentir la injusticia y es por eso que igual que en el pasado estoy resistiendo”.
En esta última fase del golpe de estado parlamentario en su contra, la Mandataria dejó claro que su lucha no es por su cargo o apego al poder, sino por la democracia, la verdad y justicia. “Lucho por mi pueblo y su bienestar”, al cual benefició mediante una mayor igualdad económica y diferentes programas sociales que sacaron de la pobreza a casi 30 millones de personas.
Comentó que tiene la conciencia totalmente tranquila y es por eso que asistió personalmente al Senado para darle la cara a quienes la juzgaron por crímenes no cometidos, lo que ha quedado demostrado a lo largo de este proceso, contra el cual se han expresado millares de ciudadanos en el país.
Los argumentos presentados por la parte acusatoria, emplazó, no son más que pretextos para derrumbar a un Gobierno legítimo, para hacer viable un golpe a la Constitución Nacional, lo cual daría paso a una nueva noche neoliberal en el gigante suramericano, de acuerdo con medidas ya adoptadas por su sucesor interino siguiendo órdenes de la oligarquía local.
El verdadero resultado de todo este proceso será más pobreza, más mortalidad infantil y la decadencia de los pequeños municipios de la nación, destacó la luchadora.
"Siempre he creído en la democracia. Jamás atentaría contra ella o practicaría actos contrarios para los que me eligieron. Entre mis defectos no está la cobardía", resaltó ante los 81 miembros de la Cámara Alta, que siguiendo la pauta organizada del golpe de Estado también se han plegado a los intereses del gran capital operativo y sus intereses regionales.
En su alegato, que con seguridad no será tomado en cuenta por sus acusadores, tal como ha ocurrido hasta ahora por los presentados por su abogado José Eduardo Cardozo, también hubo palabras críticas hacia los fomentadores del golpe de estado, que concretó su destitución por 180 días el pasado 12 de mayo.
"Lo que está en juego en el juicio político no sólo es mi mandato. Es el respeto a las urnas, a la voluntad del pueblo y la Constitución. Lo que están en juego son los logros de los últimos 13 años: los ingresos de la población, los más pobres y la clase media. Está en juego la estabilidad".
Recordó que quienes asumieron el gobierno en mayo, encabezados por el viejo politiquero Michel Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) su antiguo aliado gubernamental, sufrieron un duro golpe cuando ella volvió a ganar la Primera Magistratura. Como es típico de las élites autoritarias, querían el poder a cualquier precio", precisó.
Tras desmentir supuestos movimientos financieros que lesionan la letra de la Constitución Nacional, Rousseff aseguró que "todos saben que no destiné dinero público del Gobierno en beneficio propio. Estamos a punto de la concreción de un verdadero golpe de Estado".
La Mandataria, que brindó una lección de dignidad a los evidentemente comprados parlamentarios brasileños, negó cualquier desacierto en el manejo de las finanzas públicas, en violación de la Constitución Nacional, lo cual no es probado hasta ahora, o sea, que la Jefa de Gobierno es inocente de las imputaciones.
Aunque la acusación entiende que tales operaciones constituyen un delito de responsabilidad, contemplado como un motivo para la destitución presidencial, el abogado defensor demostró la inexistencia de cualquier irregularidad y precisó que todos los presidentes de la era democrática hicieron maniobras similares.
Luego de su defensa de este lunes, corresponde al Senado votar por el futuro de Brasil. O la condenan y con ella termina un ciclo democrático en la gigantesca nación suramericana, o la absuelven y el caso se archiva, algo que ahora parece improbable.
Para derrotar el golpe, Rousseff precisa que 54 de los 81 senadores –dos tercios de esa instancia- votan a favor de su permanencia. De lo contrario, perdería el cargo de manera definitiva y será impedida de ocupar cargos públicos durante ocho años. Se haría entonces permanente la presencia en la presidencia del traidor Temer, un político con una larga lista de maquinaciones espurias, que responde a los intereses del gran capital.
Analistas opinan que será casi imposible que la Cámara Alta cambie de postura respecto al futuro de Rousseff y del proceso democrático que encabeza, ya que una mayoría de sus miembros ha expresado su convicción de que la Presienta incurrió en las irregularidades imputadas. De hecho, en dos oportunidades previas para dar curso al proceso, se expresaron a favor de la impugnación.
Temer, si sucede lo peor, como se espera, continuaría en el cargo –desde donde en pocos meses ha referencia su política neoliberal- hasta enero de 2019. Este individuo avisó que no se presentaría a las elecciones del 2018, ya que de antemano conoce su derrota. Por tanto, entregaría el batón al ganador de los comicios el 1 de enero del 2019.
Este lunes, Rousseff debió responder a preguntas de los Senadores, último paso previo a su eventual destitución definitiva, lo que se preveía desde el inicio de este proceso a finales del pasado año, iniciado por las mentiras y artimañas del PMDB y el depuesto jefe de la Cámara Alta, Acunha, quien fue obligado a renunciar a ese puesto por corrupción comprobada.
Nereyda
30/8/16 7:07
El total reconocimiento a Dilma que es ejemplo de revolucionaria pues a llevado su mandato con humildad y siempre al lado de su pueblo y dejo muy claro que no lucha por el poder como hace el presidente de Venezuela que ha convertido al gobierno en una dictadura en contra de su pueblo. Dilma vencera y Venezuela se liberara. Gracias.
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