El presidente ecuatoriano Rafael Correa convocó a su pueblo a una gran concentración revolucionaria, este lunes, en demostración de apoyo a su gobierno, ante las tentativas de la derecha local y regional de derrocarlo, con apoyo del exterior, luego de las marchas opositoras supuestamente contra leyes enviadas al Ejecutivo, que —dijo— afectan a los capitalistas locales. Detrás de estas movilizaciones nocturnas —a las cuales se han opuesto también en las calles miles de simpatizantes del proyecto de la Revolución Ciudadana que encabeza Correa— se encuentran pretensiones golpistas, —sería esta la segunda ocasión— que se fraguan desde 2006, cuando el economista antiimperialista implantó un nuevo sistema gubernamental.
La concentración popular de hoy tendrá lugar en la Plaza de la Independencia, frente al Palacio de Carondelet, sede del gobierno en Quito, la capital.
“Ha sido una semana durísima para el país, hay una conspiración en marcha”, afirmó el presidente en su habitual programa radial de rendición de cuentas al pueblo cada semana, esta vez emitido en Milán, Italia, donde se encontraba como parte de un viaje oficial a Europa.
Las protestas opositoras, con personas portando banderas negras, se han desarrollado en Quito, Guayaquil y Cuenca en rechazo al proyecto oficialista de incrementar el impuesto a las herencias, el que, según economistas, solo perjudica a un uno por ciento de la población, la de mayor concentración de la riqueza nacional.
El jefe de Estado ecuatoriano apuntó en su espacio radial que “esta gente es muy violenta, tiene la complicidad descarada de los medios de comunicación. Ha llamado abiertamente a la puerta de los cuarteles. No se trata de derogar la ley de herencias, se trata de tumbar al gobierno”.
La oposición pretende confundir a la población y desgastar la imagen presidencial para impedir que el gobernante se presente a un nuevo mandato en 2017 porque, aseguró Correa, “ganaría las elecciones”. La popularidad del también líder del partido Alianza País ronda el 50% en la actualidad.
ALGARABÍA OPOSITORA
En varias ocasiones, tanto el mandatario como sus ministros han explicado que los nuevos tributos planteados a las herencias, así como la medida contra la plusvalía, presunto motivo de las protestas callejeras dirigidas por la oligarquía opositora, no afectan a la mayoría de la población. Son para redistribuir la riqueza y evitar la especulación con las tierras, dijo el gobernante, quien pidió a sus compatriotas “no dejarse engañar”por la campaña mediática en su contra y declaraciones mentirosas.
“Que a nadie le quede dudas, esto fue un pretexto, lo tenían todo preparado, lo tenían en el bolsillo”, y denunció que detrás de esos grupos hay asesores extranjeros que leen y decodifican sus discursos. No claudicaremos, precisó, como no lo hicimos el 30 de septiembre de 2010 cuando policías sublevados lo raptaron y detuvieron en una intentona de golpe de Estado. Fue rescatado por tropas leales y el pueblo en las calles.
El pasado día 5 el presidente envió al Congreso el proyecto de Ley Orgánica para la Redistribución de la Riqueza a la Asamblea Nacional, la cual provocó virulentas reacciones del sector más acaudalado de la sociedad ecuatoriana y disparó la actual arremetida contra el gobierno que más prosperidad ha traído al país en las últimas décadas.
La actual tensión social está dirigida por los capitalistas ecuatorianos, ya que la población no está afectada por la ley. Solo el 2 % de las familias ecuatorianas concentran el 90 % de las grandes empresas del país situado en el meridiano del planeta.
“Se evidenció la concentración de la propiedad. Eso es malo, es una de las fuentes de inequidad en Ecuador y en el mundo”, declaró Correa a los medios, y aclaró que el impuesto es “para los grandes conglomerados que generan dinastías”.
Para los herederos directos —hijos, nietos, padres o abuelos— la nueva legislación prevé una tasa marginal de hasta el 47,5 % que se aplicará sólo al 1 % más pudiente.
Economistas recuerdan que ese porcentaje es inferior a las de Japón —55 %— y de Corea del Sur —50 %—, y apenas un poco más alto del que se implementa en Francia —45%— y en Estados Unidos y Gran Bretaña —ambos con un 40 por ciento—.
También se ha explicado por el gobierno que el cobro de estos tributos engrosarán los fondos destinados a los proyectos sociales, tomando en consideración algunos cambios en la economía mundial, como la reducción de los precios del petróleo, que inciden en el presupuesto de la nación previsto para este 2015.
Han sido varios los opositores que enseguida comenzaron la campaña contra Correa, cuestionando en la práctica el poder del Estado para actuar de manera autonómica en la economía, sin consultar a la oligarquía local, una de las prácticas del neoliberalismo que imperaba en el país.
El banquero y ex candidato presidencial, Guillermo Lasso, asesor económico y Embajador Itinerante del gobierno neoliberal del ex presidente derechista Lucio Gutiérrez, además de favorito de los conservadores para los comicios del 2017, acusó al Mandatario de pretender “acabar con la familia ecuatoriana”, lo cual se contradice con lo ocurrido en Japón, Corea, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, ante la implementación de una política tributaria similar a la que pretende impulsar Correa en relación con las herencias.
Según el analista ecuatoriano Juan Carlos Jaramillo “con una tasa marginal del 47,50 % los herederos jamás pierden el control accionario sobre las empresas de sus padres, por lo cual, con esta tasa, es falso también argumentar que se quiere acabar con las empresas familiares”.
En el contexto de la economía mundial, si se quieren mantener los programas sociales puestos en marcha no solo en Ecuador sino también en otros gobiernos postneoliberales es preciso la búsqueda de recursos, que están en manos de los más ricos.
En una entrevista con tres especialistas económicos —Fidel Márquez, Victor Hugo Albán y Walter Spurrier— el pasado día 7, Correa defendió las reformas que su gobierno impulsa. El primer mandatario sostuvo que “la oposición está utilizando el miedo para confundir a la ciudadanía. “Nuestros impuestos no son recaudatorios, sino redistributivos”, argumentó.
Durante la entrevista con el diario El comercio, afirmó que la medida referida a la plusvalía se adoptó para combatir a los especuladores. “La plusvalía no es impuesto”, aclaró. Recordó como ejemplo lo ocurrido con la construcción de la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en ciudad Mitad del Mundo, cuando el precio de los terrenos en la zona se sextuplicó en cuestión de semanas en un proceso de especulación inmobiliaria.
Individuos como el millonario Lasso —que pretende volver a candidatearse para la presidencia en el 2017— han reiterado su negativa a elevar los gravámenes a los más ricos, sino reducirlos. En particular, él promete continuar con las misiones sociales —si llegara al gobierno— pero sin tocar bajo ningún concepto los intereses empresariales.
Pero, no es solo Lasso el que pretende crear el terror entre una población a la que quizás falta información suficiente sobre las nuevas medidas. También el opositor y ex candidato presidencial Jaime Nebot considera que de aprobarse la nueva ley “el gobierno está a punto de ocasionar a todos un gravísimo perjuicio”y advirtió que “el esfuerzo de toda su vida y el futuro de sus hijos están en peligro real”. Declaraciones que, por supuesto, son repetidas a bombo y platillo por los medios de comunicación al servicio del gran capital.
El plan del gobierno de Ecuador propone una solución realista —similar a la efectuada en algunos estados europeos y asiáticos— para continuar su política social enmarcada en el Plan Nacional Buen Vivir 2013-2017: los que más tienen, más aporten, alcanzando una redistribución garantizada por la propia Constitución nacional.
De acuerdo con un artículo de Kinnto Lucas, periodista y escritor uruguayo radicado en Ecuador, y publicado en Rebelión, “cuando ciertos empresarios hacen campaña contra los impuestos a la herencia y a la plusvalía y contra las salvaguardias a las importaciones, pero presionan por la firma de Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos y Europa, están defendiendo sus privilegios del presente y el futuro de sus privilegios”.
En el texto “Como acumular riqueza en el exterior y llorar por las herencias”, Lucas precisa que “estos grupos de empresarios-banqueros-políticos, que ya han sacado parte de su dinero fuera, quieren seguir sacando el lucro que siguen obteniendo en Ecuador. Al mismo tiempo que acumulan más riqueza en el exterior intentan provocar una crisis política y económica en el país para ir a la desdolarización y, en su momento, con el dinero acumulado fuera, obtener mayores ganancias. Mientras fingen llorar por las herencias y engañan a la gente, siguen acumulando.”
La nueva ley, que deberá ser aprobada el próximo mes por el Congreso Nacional, gravará los patrimonios heredados superiores a 35 400 dólares de forma progresiva. Actualmente, los herederos pagan tributos a partir de los 68 800 dólares.
Esta semana puede ser decisiva para Ecuador. Recuérdese que estas maniobras de marcado tinte contrarrevolucionario se fortalecieron mientras Correa estaba en el exterior, donde asistió como presidente temporal de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños a la Cumbre con la Unión Europea, y luego a la Exposición Universal de Milán, en Italia.
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