La Asamblea Nacional (AN) de Venezuela quedó instalada este martes con una mayoría de derecha en una deslucida ceremonia en el Palacio Legislativo, donde anunció su agenda neoliberal y contrarrevolucionaria, violando los reglamentos internos de esa instancia y anunciando al país un retroceso histórico de décadas.
A pesar de la euforia de los opositores al chavismo, ellos olvidan que solo representan uno de los poderes de la República Bolivariana y que poco lograrán si no logran en sus propuestas el apoyo de los otros cuatro que rigen la vida política del país: el Legislativo, del Poder Popular, el Tribunal Supremo de Justicia, y el autónomo Consejo Electoral Nacional.
En absoluto desacato al programa oficial de la ceremonia que inicia el período 2016-2021 en el Hemiciclo de Caracas fueron juramentados 109 diputados de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y 54 del Partido Socialista Unido de Venezuela, de los 167 curules disputados el pasado 6 de diciembre.
Entre los invitados a esta primera cita se encontraban el derechista expresidente colombiano Andrés Pastrana y la esposa del líder contrarrevolucionario en prisión Leopoldo López, considerado preso común al infringir las leyes y promover acciones violentas, conocidas como guarimbas, para apoyar el plan de “la salida” del presidente Nicolás Maduro, con saldo de 43 fallecidos y decenas de heridos.
Una primera victoria obtuvo la llamada Bancada de la Patria que se opuso —al contrario del resto del plenario— a la juramentación de cuatro legisladores del Amazonas (tres de la MUD y uno del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela), quienes fueron suspendidos por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), máxima instancia decisora en Venezuela. Estos individuos fueron denunciados por delitos electorales en el Estado de Amazonas, y aun así los derechistas quisieron imponer los suyos. Al presidente de la Asamblea no le quedó más que aceptar la decisión del TSJ.
Varios incidentes, algunos peligrosos, ocurrieron en este primer encontronazo entre las bancadas de derecha e izquierda, e incluso, en algún momento hubo un intercambio de golpes debido a provocaciones en el estrado de los legisladores más jóvenes de la MUD.
Los 54 diputados del PSUV decidieron retirarse luego de comprobar que el nuevo presidente del Parlamento Unicameral, Henry Ramos Allup (1943) concediera la palabra, fuera de protocolo, al diputado Julio Borges para que anunciara las prioridades que serían discutidas en las próximas semanas, en absoluto irrespeto a la AN y a la Constitución Nacional.
Ramos Allup, de ascendencia libanesa, abogado, es referente de las políticas neoliberales que sometieron al pueblo venezolano en la década de los 90. Líder del partido socialdemócrata Acción Democrática y miembro de la MUD desde 2008, junto a partidos como COPEI, Primero Justicia, Proyecto Venezuela, Alianza Bravo Pueblo, Un Nuevo Tiempo y otros.
Según los reglamentos parlamentarios, las plenarias deben atenerse a los puntos de la convocatoria, y si la Presidencia quiebra este requisito se considera desacato al régimen interno.
En su intervención, interrumpida por gritos y peleas, Borges afirmó que una de las prioridades es la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional, que sacaría de la cárcel a López y a varios de sus sicarios, y mencionó, entre otras, la entrega de títulos de propiedad al millón de beneficiaros del programa de viviendas entregadas por la Revolución Bolivariana, una tarea en que ya está inmerso el gobierno, y la entrega de medicamentos y alimentos a los más pobres.
A ello se unen, de manera extraoficial, las declaraciones de varios de los diputados de la MUD, que en conversación con periodistas dijeron que piensan lograr la deposición del Ejecutivo y su presidente Maduro en este primer semestre del 2016, mediante un golpe de Estado parlamentario, tras fracasar en su táctica de guerras internas de carácter económico, mediático, psicológico y violencia.
Uno de los que quiere el derrumbe del Ejecutivo es Américo de Grazia, quien insistió en los últimos días en la idea colectiva de la MUD de “recobrar a Miraflores”, pero sin mencionar bajo qué condiciones lo harían.
La evidente provocación del diputado Julio Borges —que atacó las leyes de la Revolución Bolivariana y sus acciones de justicia— hizo que los parlamentarios de izquierda abandonaron el Hemiciclo, de donde los derechistas habían retirado el retrato del fallecido líder revolucionario Hugo Chávez, debido a la violación del reglamento interno de la AN y haciendo uso de sus derechos legislativos.
Con ese estreno en horas de la mañana se confirmó que la derecha vuelve a utilizar sus tradicionales métodos de “gana y arrebata”, por lo que se augura una guerra frontal con las fuerzas revolucionarias y la parte del pueblo que las sigue, y que luego de tener a sus diputados de vuelta en la calle recorrieron las principales avenidas caraqueñas hasta concentrarse frente al Palacio de Miraflores de manera pacífica.
De acuerdo con los anuncios políticos realizados en la primera sesión del 2016 de la AN, quedó pautada una agenda que entraña décadas de atraso en comparación con los logros económicos y sociales de la Revolución Bolivariana. Si no se logra la imprescindible unidad nacional que reclaman los dirigentes revolucionarios para luchar contra esos elementos, pocos dudan de que ese país tendrá un viraje histórico de décadas.
Como dijo el expresidente de la AN Diosdado Cabello, aunque la derecha “tiene agarrada la sartén por el mango”, la violación de los Reglamentos —que por su idiosincrasia no respetarán— será un punto de confrontación con los diputados revolucionarios, ahora representantes del pueblo que confió en el proceso político venezolano y que lucharán por mantener los logros alcanzados en los últimos 18 años, a partir de la asunción del finado presidente Hugo Chávez en 1998.
Los legisladores derechistas olvidan también que si existiera alguna contradicción entre las políticas gubernamentales y las propuestas planteadas por los conservadores, el presidente Maduro posee la facultad de impugnarlas ante el TSJ, que puede rechazarlas.
A estas alturas, según expresó la diputada Cilia Flores en un mitin de calle, es probable que muchos de los que dieron su victoria a la derecha en las urnas, el pasado diciembre, ya estén arrepentidos, pues votaron, dijo, por personas que les eran desconocidas, pero que fue la manera de demostrar su inconformidad con algunas actitudes de figuras o políticas del gobierno.
Flores invitó a todos los ciudadanos a unirse contra el nuevo modelo neoliberal que los derechistas piensan implantar en Venezuela. Si no lo hacen, en cinco años estarán lamentando su mirada borrosa y su falta de memoria, la que les hizo olvidar a Chávez, sus principios y todo lo que hizo por su pueblo.
REYDA
6/1/16 10:50
Era de suponer que actuaran asi, imagino los venezolanos con un poco de verguenza que votaron por ellos la culpa que deben sentir al ver este comienzo, que dolor con Chavez, Bolivar, Maduro, Cabello y todos los hijos de venezuela dispuestos a cuidar las conquistas, que pena para con ellos y lo que nos queda por ver......ojala me equivoque pero que mal agradecidos son coño.
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