//

sábado, 28 de diciembre de 2024

Arrasadora victoria del MAS expulsa a la dictadura boliviana

Luis Arce es el nuevo presidente de los bolivianos con irrefutable triunfo en las urnas...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 20/10/2020
0 comentarios
Ganadores-elecciones presidenciales-Bolivia
Arce y Choquehuanca derrocaron la dictadura de Añez y reabren ciclo progresista en Bolivia. (Ueslei Marcelino)

Aun cuando las cifras oficiales se desconocen, el economista Luis “Lucho” Arce, candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) es el nuevo presidente de Bolivia luego de ganar por una mayoría irrefutable de 52,4 % a los rivales derechistas que apoyan la dictadura de Jeanine Áñez, impuesta por las élites oligárquicas locales manipuladas por Estados Unidos el pasado año.

Arce, y David Choquehuanca en la vicepresidencia, exministro de economía y de Relaciones Exteriores, respectivamente, durante el gobierno del líder del MAS y expresidente Evo Morales, resultaron victoriosos ante los postulados de la derecha Carlos Mesa (31,5 %) y Luis Fernando Camacho (14,1 %), sus más cercanos rivales, según encuestas realizadas a boca de urna.

El presidente electo, quien cumplió 57 años el pasado 28 de septiembre, es economista de sólida formación académica y marxista. Años atrás fue elogiado por el medio especializado The Wall Street Journal que le atribuyó ser el creador del llamado “milagro” boliviano, aunque él respondió que solo cree en el trabajo de equipo.

Estas elecciones, con una convocatoria de más de 7 000 000 de votantes, se realizaron en circunstancias excepcionales debido a la presencia en el país de la pandemia de la COVID-19, que deja en Bolivia, hasta el día 17, un saldo de 138 922 contagios y 8 351 muertes. Suspendidas por la dictadora en tres ocasiones para alargar su estadía en el Palacio de Nariño, hace pocos días intentó una última maniobra para impedir la presencia de Arce, a quien acusó, sin resultados, de enriquecimiento ilícito.

Se espera que Áñez responda por las dos masacres que ordenó después del golpe de estado de octubre del pasado año, con saldo de casi 40 muertos, y casos de corrupción conocidos, reconoció en público la victoria de la dupla izquierdista. Luego le siguió Mesa, de Comunidad Ciudadana, quien también perdió en 2019 ante el reelecto Morales, obligado a renunciar debido a un complot en el que participó también la Fuerza Armada.

Con una amplia e irreversible ventaja, los candidatos del MAS también festejaron el retorno a la democracia. Para ganar en primera vuelta, celebrada el pasado domingo, debían obtener el 50,1 % de los votos válidos, o 40 % y un 10 % de diferencia sobre el colocado en el segundo escaño.

La victoria popular sitúa de nuevo un gobierno izquierdista en la dirección de la nación del Altiplano, que en los 11 meses de dictadura vio como Áñez y su Ejecutivo proimperialista destruían los triunfos obtenidos por el MAS en una década de trabajo. Bolivia, del segundo país más pobre de América Latina, se situó en la vanguardia en muchos sectores. Guiado por Morales y su vice Álvaro García Linera alcanzó éxitos sin comparación en Suramérica. Durante años de crisis, logró una tasa sostenida de crecimiento anual de un 4-5 %, en tanto, bajo el régimen derechista, tuvo un decrecimiento económico de un 11 por ciento.

La victoria del MAS representa un acto de justicia para Morales, el primer presidente indígena de Bolivia y su equipo ejecutivo, que devolvieron la dignidad a los pueblos originarios y a los pobres de esa nación, de grandes riquezas naturales, con las cuales pensaban quedarse los grandes capitales estadounidenses.

También indica la falsedad de la teoría de que la llamada etapa del progresismo en América Latina estaba acabada, como repiten los tecnócratas de la Casa Blanca y politólogos que consideran imposible un retorno a una democracia inclusiva en una región cuyo destino no es, como aseguran, ser el patio trasero del capitalismo.

Las victorias electorales de la izquierda en México y Argentina —dos bastiones geopolíticos de América Latina— y ahora Bolivia avizoran la posibilidad de otros triunfos en países que se abocan a procesos electorales, como Ecuador, Chile y Brasil.

En Bolivia ocurrió un fenómeno sumamente interesante. Hubo una especie de silencio en el electorado, mientras medios y organismos afines a la dictadura daban como triunfador a Mesa. Sin embargo, la conciencia colectiva a la hora de depositar el voto, en un ambiente de tranquilidad que pocos auguraron, habló del sentimiento de una parte mayoritaria de la población que nunca olvidó a Morales y su gobierno inclusivo, capaz de reducir la pobreza sistémica del país.

Aunque el sector de la derecha interna y la regional son remisos a aceptar —como hicieron en el 2019 con el reelecto Morales— una victoria de la izquierda, es poco probable que a estas alturas intenten alguna maniobra (con posibilidades cero si lo hicieran) contra el binomio ganador.

La agrupación izquierdista, y siempre según las encuestas del domingo, también logró retener la mayoría en la Asamblea Legislativa Plurinacional, lo cual permitirá que Arce y Choquehuanca gobiernen con holgura.

Desde su asilo en Argentina, el exmandatario aymara —que fue inhabilitado para participar en los comicios en los que quería presentarse como senador— festejó el triunfo del dúo victorioso, propuesto en una asamblea que él presidió, celebrada en Buenos Aires con líderes de esa agrupación en los nueve departamentos bolivianos.

Mientras esperaba los resultados oficiales de las elecciones, el mandatario electo preparaba su equipo de trabajo para organizar la transición y la recepción del aparato estatal.

Lo primero que haré, dijo este lunes en la mañana, es pagar el Bono contra el Hambre, implantado por el anterior gabinete y aprobado por la Asamblea Legislativa, cuyo dinero retuvo la dictadura proimperialista. La ley y el decreto reglamentario en vigor beneficia a los bolivianos residentes en el país mayores de 18 años, a grupos de mujeres que perciben el Bono Juana Azurduy y personas con discapacidad visual registrados en el Instituto de la Ceguera.

También indicó que entre las medidas que empezará a aplicar cuando asuma el cargo estará fortalecer la demanda interna mediante bonos y transferencias, como se comprometió durante su campaña.

Arce, a quienes especialistas consideran el artífice de los logros económicos del gobierno del MAS, anunció también que de manera paralela “comenzaremos la reconstrucción de la producción que eso también ha sido afectado por las medidas neoliberales de la actual administración. Estaremos en línea con lo que hemos venido planteando al país”.

Las felicitaciones de presidentes latinoamericanos y personalidades mundiales comenzaron a llegar a La Paz apenas se conocieron los resultados a boca de urna. El secretario general de Naciones Unidas (ONU), y los mandatarios de Venezuela, Argentina, Cuba, México, entre otros, dieron sus parabienes a la dupla que deberá recuperar el terreno perdido durante la dictadura.

La única declaración infeliz para diferentes medios políticos es la de Luis Almagro, el desprestigiado secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien puso en marcha el golpe de Estado de octubre de2019 y dio paso a la dictadura neoliberal, también felicitó a los ganadores en un mensaje en Twitter.

Almagro le deseó a Arce que forjara “un futuro brillante” para ese país “desde la democracia”, lo que provocó una rápida respuesta del ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien le recordó que él es un protagonista del golpe de Estado del 2019, al ser la OEA la que consideró un fraude el resultado comicial.

Antes el MAS, precisó, ganó en primera vuelta con un 10 % de ventaja y ahora lo hace con un 20 %, lo que demuestra que “usted es un mentiroso”.

Con igual tono crítico, el vicepresidente de Venezuela, Diosdado Cabello, cuestionó a Almagro y celebró el triunfo de Arce.El noble pueblo boliviano les da una lección a usted y a la OEA”, dijo.


Compartir

Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


Deja tu comentario

Condición de protección de datos