“Excede a todo lo imaginable que nuestros amigos de EEUU miren a los europeos como enemigos”, ha dicho la ministra de justicia alemana, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger. La señora reaccionó así a la divulgación, al conocerse que la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) no solamente espió con micrófonos ocultos y hackeó las sedes que la Unión Europea tiene en Washington y New York, sino que ha estado interceptando unos 500 millones de llamadas teléfonicas, mensajes SMS o comunicaciones a través de Internet en Alemania cada mes.
El semanario germano Der Spiegel publicó este sábado informes con base en documentos revelados por el exinformático de la NSA, Edward Snowden, que revelan una vez más que Estados Unidos no tiene lealtad con sus aliados. En reacción a las revelaciones, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, emitió un comunicado donde dice estar “profundamente preocupado y sorprendido”, y afirma que “si las acusaciones resultan ser verdad, sería un asunto muy grave que tendrá un grave impacto”.
Antes que a Der Spiegel, Snowden dio a los diarios The Wahington Post y The Guardian pruebas de cómo la NSA accede a la información de los miles de millones de usuarios de empresas como Google, Verizon, Yahoo o Facebook. Pero extraña que gente tan importante se declare sorprendida, cuando desde hace rato están circulando noticias sobre cómo el gobierno de Estados Unidos utiliza Internet y las telecomunicaciones para espiar a todo el mundo.
En julio de 2010, Microsoft informó que el gobierno norteamericano tendría acceso a los datos hospedados en la “nube” de las compañías estadounidenses que brindan servicios en territorio europeo y, poco después, Google reconocía haber estado entregando los datos de sus usuarios europeos a las agencias de inteligencia Estados Unidos. En noviembre de ese mismo año, The New York Times publicaba que el director del FBI hacía un recorrido por varias de las principales empresas de Silicon Valley, entre ellas Google y Facebook, para implementar acciones de espionaje a través de Internet.
Creerse al margen de ello porque se es aliado de Estados Unidos en sus aventuras internacionales o porque se comparte con ellos información de inteligencia, como también reveló Wayne Madsen, quien trabajó doce años para la NSA, es cuando menos ingenuo. Madsen le dijo ayer a The Guardian que Gran Bretaña, Alemania, Dinamarca, España, Francia, Holanda e Italia le entregan a Washington datos de llamadas y de e-mails que extraen del cable de fibra óptica que comparten.
Los dirigentes europeos deberían abrir más sus ojos y oídos para proteger a sus ciudadanos y tener presente siempre la célebre frase del ex Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger: “Es peligroso ser nuestro enemigo, es fatal ser nuestro aliado”.
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