Viengsay Valdés: “Me entrego tanto al ballet como a Cuba”

PARÁFRASIS DEL ARTE DE VIENGSAY VALDÉS

Un gran simbolismo implica De acero y nube, título de la versión electrónica del libro presentado por Ruth Casa Editorial, en el ámbito de la XXIII Feria Internacional del Libro Cuba 2014, en la sede del Ballet Nacional de este país.

Estos vocablos antagónicos constituyen una paráfrasis del arte de Viengsay Valdés, pues atrapa las cualidades de la bailarina para adquirir la etereidad cuando así lo exige la coreografía, con el estilo de un ballet blanco y la dureza del acero en la energía desbordante que requiere la pasión en obras como Don Quijote.

El texto posee un carácter testimonial, pues su autor, el destacado intelectual Carlos Tablada, era amigo de la familia de tan destacada bailarina y fue testigo de su evolución desde que inició sus estudios en la Escuela Elemental de Ballet hasta llegar a la cúspide de su carrera.

El doctor Pedro Simón, director del Museo Nacional de Danza, se refirió a las dotes actorales de Viengsay, unidas a sus virtudes como bailarina, y ejemplificó sus palabras con la excelencia de la Valdés al protagonizar el ballet Lucía Jerez.

El historiador del ballet, doctor Miguel Cabrera, autor del prólogo del libro, destacó que este título “constituye un vívido retrato de esta excepcional mujer, tanto en su condición de artista como de ser humano”.

El volumen será presentado en el mes de octubre de este año de forma impresa, durante los primeros días del Festival Internacional de Ballet de La Habana, presidido por la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba.

VIENGSAY HABLA SOBRE EL LIBRO

La protagonista de esta coreografía literaria, convertida en volumen por Carlos Tablada, refleja en el libro cómo han sido decisivos en su formación la influencia de sus profesores y la familiar, sobre todo de su abuelita, quien la crió en sus primeros años, pues sus padres eran embajadores en el exterior; y especialmente de su padre y de la profesora Mirta Hermida en la escuela de ballet.

Hizo especial énfasis en los aportes que el maestro Fernando Alonso dio a su carrera, tanto en la Escuela Nacional de Danza como en su vida profesional, pues cuando actuaba en una gala internacional iba a la casa de Fernando, para ambos evaluar sus actuaciones y descubrir defectos y logros, lo cual constituye una experiencia inapreciable para ella.

SU FIDELIDAD A LA REVOLUCIÓN

—Por la repercusión internacional de tu arte, sé que has recibido propuestas internacionales de gran magnitud, ¿qué podrías decir al respecto?

—Han sido muchas, de varios países y compañías. La más importante fue el contrato que me ofreció el Ballet de la Scala de Milán, que me interesaba mucho desde el punto de vista artístico, pero no tuve dudas y preferí continuar con mi compañía, con el Ballet Nacional de Cuba.

—¿Hasta qué punto equiparas tu amor por Cuba y por el Ballet Nacional de Cuba?

—Amo tanto al ballet, mi amor por mi arte, como a Cuba y al Ballet Nacional de Cuba. Me entrego tanto a la compañía como a Cuba. Y me siento muy orgullosa del lugar al que pertenezco.

—¿Cuál es tu máxima aspiración en la vida?

—Seguir siendo como soy, seguir siendo aun más imprescindible para la escuela cubana de ballet, para nuestra compañía, para nuestro país; seguir representando a Cuba en todas las galas que pueda interpretar, actualmente y en el futuro. Eso me hace identificarme cada vez más con mi país y sentirme muy feliz, porque cada aplauso, cada expresión de admiración hacia mí es una expresión de solidaridad con Cuba”.