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jueves, 19 de diciembre de 2024

Roldany y Omara: “…sentí como si fuéramos amigos de toda la vida”

El matancero Roldany Hernández Torres integró la selección de los artistas más jóvenes que representó a Cuba en el Kennedy Center de Washington...

Jessica Mesa Duarte en Exclusivo 20/05/2018
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roldany torres y omara cortesia del entrevistado
Roldany Hernández y Omara Portuondo (Foto: Cortesía del entrevistado).

Roldany Hernández Torres es un joven risueño, sencillo y lleno de sueños, como cualquier muchacho de su edad. Cuando lo llamé para programar esta conversación no dudó en responder afirmativamente. Durante toda la entrevista era evidente su nerviosismo, pero la pasión lo desbordaba: se reflejaba en su mirada inquieta, en sus palabras desbocadas y en la manera de que, con su corta edad, comprende cuán valiosa es su labor y la de sus compañeros en la defensa y promoción del baile nacional cubano.

El muchacho de 22 años estudió en la Escuela Profesional de Arte de Matanzas. Ahora cursa el segundo año de violín en el Instituto Superior de Arte (ISA), en La Habana, y es pianista de la orquesta Miguel Failde. Con dicha agrupación matancera, dirigida por el flautista Ethiel Failde, participó en el Festival de los Artes del Kennedy Center, de Washington, donde disfrutó de un momento inolvidable junto a la gran Omara Portuondo.

Roldany, la Orquesta Miguel Failde se ha presentado en escenarios internacionales, ¿cómo definirías la experiencia de mostrar los valores de la música cubana en Estados Unidos, junto a un grupo selecto de artistas de de nuestro país?

—Cuando nos hablaron del viaje a Estados Unidos para representar a Cuba en el Kennedy Center muchos de los músicos no creímos que fuera posible. Como somos tan jóvenes, nunca pensamos en la posibilidad de presentarnos en un escenario como ese junto a personalidades tan prestigiosas como Omara Portuondo, en mi caso acompañándola al piano.

“Habíamos tenido la oportunidad de realizar una gira por varios Estados de México en el que enriquecimos nuestras experiencias, nuestra visión, pero esto fue mucho más grande y difícil. Antes de viajar a Estados Unidos eran muchas las expectativas, no imaginábamos cómo sería la experiencia porque se trataba de un país diferente, con escenarios más grandes y que nos exigían mayor profesionalidad.

”No sabíamos si seríamos capaces de enfrentarnos con la acústica, la referencia, el intercambio entre nosotros mismos y la acogida del público. Al inicio de la presentación estábamos muy nerviosos pero a medida que avanzamos en las interpretaciones entramos en confianza, nos percatamos de que al público le gustaba nuestra música y, junto a sus ovaciones, crecieron nuestras ganas y seguridad. La expectativa se convirtió en una feliz realidad. Fue una experiencia fabulosa”.

Dentro de la vorágine de presentaciones que protagonizaron en el Kennedy Center, de Washington, hubo momentos muy especiales. Tu actuación, acompañando al piano a la diva del Buena Vista Social Club, Omara Portuondo, seguramente será un momento que nunca olvidarás. ¿Qué sentiste al compartir la intimidad del escenario con ella?

—Fue ante todo un examen para mí, una prueba muy fuerte. Cuando hicimos los ensayos previos a la presentación las cosas ocurrieron de una manera, pero luego, en el calor del momento, ella varió el programa, improvisó, y yo intenté seguirla todo el tiempo para que quedara muy bien el concierto. Utilicé mi intuición para saber lo que ella quería y corresponder de la mejor forma a la confianza que habían depositado en mí.

“Con antelación la orquesta había tocado con Omara en dos o tres ocasiones, pero no se pueden comparar las situaciones porque, entonces ella no podía llegar hasta donde estaba yo, ni ponerme la mano en el hombro, hablarme al oído y ahora solo éramos nosotros y el público.

”Esta vez fue más cercano, más personal. Sentí como si fuéramos amigos de toda la vida. Creo que si tuviera que describirlo diría que fue extraño, magnífico, sencillamente insuperable”.

¿Cuánto determinaron tus estudios en la Escuela Profesional de Arte de Matanzas en que te convirtieras en el músico que hoy eres?

—Estudiar en la Escuela Profesional de Arte de Matanzas, ubicada en la calle Río, me brindó muchísimas herramientas, habilidades y conocimientos. La formación clásica del instrumento vale muchísimo cuando te enseñan bien el solfeo, apreciación musical.

“Allí conocí a los más renombrados compositores cubanos, como Benny Moré, Miguel Failde, Aniceto Díaz y extranjeros, sus aportes, cómo hacían la música. Eso me aportó mucho, no solo para los géneros clásicos sino también para la música popular cubana.

”Es cierto que hay muchos artistas formados de manera empírica, en la calle, y son muy buenos, pero en la academia es mayor el rigor y creo que aprendes con mayor profundidad el dominio del instrumento, las voces, las técnicas y la armonía tradicional que siempre sirve como apoyo a la armonía popular.

Una máxima que defienden los profesores de este centro de enseñanza artística es la creación de agrupaciones de diferente formato y la afiliación de sus alumnos en formaciones musicales de la provincia. De hecho, la génesis de la orquesta Miguel Failde está muy unida a esta premisa…

—Antes de tocar en la orquesta como pianista me presenté con el violín que es el instrumento que estudio en el Instituto Superior de Arte. Cuando Ethiel (Failde) oficializó la agrupación (yo estaba en segundo año de nivel medio), pasé a formar parte de ella en el piano.

“En ese tiempo me dedicaba a estudiar el piano popular, sus exponentes e historia. Él apreció que yo tenía facilidades para la armonía y el instrumento y me pidió que me integrara. Acepté gustoso porque ello significaba un desafío y me propuse hacer mi mayor esfuerzo por hacerlo bien, superarme.

”Estudié el danzón porque es el género que defendemos esencialmente, aunque también promovemos el mambo, el chachachá, el danzonete, el son y la timba.

”Escucho interpretaciones de piano, improvisaciones de grandes personalidades como Romeu o Guillermo Rubalcaba. Esta ha sido como una segunda carrera porque me he presentado con muchísimos músicos gracias a la Failde y eso ha significado una mayor dedicación a los estudios”.

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—Sus exigencias fueron determinantes para el desarrollo de la orquesta. Al principio lo veíamos como uno más de nosotros, nuestro compañero de la escuela, nuestro amigo. Después, poco a poco,se ganó nuestro respeto y admiración.

“Ethiel ha estudiado mucho, su entrega es completa. Nos escucha, expone sus criterios, colegiamos y adopta la decisión que más nos favorece a todos. Gracias a él comprendimos la importancia de nuestros géneros autóctonos, de la labor que desarrollamos. Nos ha mostrado cómo hacer el danzón, nos ha contagiado con su pasión. Su guía ha sido determinante, imprescindible”.

—Pertenecer a la Orquesta Miguel Failde te ha abierto muchas puertas como músico. Desde el punto de vista personal, ¿cuánto le debes a tu permanencia en esta agrupación?

—¡Wao! (sonríe). Ha sido un cambio fuerte porque nunca me imaginé los cambios que viviría en tan poco tiempo. Mis aspiraciones eran pertenecer a algún grupo cuando me graduara, que la gente me conociera luego de cinco o diez años. Pero el vuelco fue sorprendente.

“Llegar a tantos escenarios, viajar, ofrecer mi música, defender lo más auténtico de nuestras raíces, que la gente se me acerque y reconozca lo que hago. Eso es gratificante porque no podía imaginar que las personas apreciaran tanto nuestro trabajo. Eso se lo debo a la Miguel Failde”.

Cuando hablo de la orquesta siempre me gusta resaltar la importancia de que, siendo sus integrantes tan jóvenes, son capaces de defender con autenticidad y un sello único la música cubana. ¿Por qué desde tu juventud has elegido dedicarte a defender y representar a la música cubana?

—Es difícil inculcarle a la juventud actualmente los ritmos de antaño ante la proliferación de nuevos géneros, la mayoría extranjeros y de poca calidad musical y del contenido, y los medios para socializarlos.

“Sin embargo, nuestra misión es transmitirles que el danzón, como raíz común del chachachá, el mambo y el danzonete, es parte de la esencia de la cubanía que compartimos, que no son géneros caducos y fuera de moda sino que vibran y nos hacen vibrar.

”Queremos que ellos, como nosotros, comprendan la importancia de nuestra música, una música que ha sido admirada, interpretada y respetada en todo el mundo”.

En este punto de tu vida cuando ya has tenido varios éxitos importantes en tus 22 años, ¿hacia qué derroteros se enrumban tus proyecciones?

—Desde hace tres años se realiza en Matanzas el Encuentro Internacional Danzonero Miguel Failde in Memoriam. Nunca he concursado como compositor en el evento y ese es uno de mis mayores retos. He incursionado en este mundo con arreglos diferentes, novedosos dentro de los géneros que defendemos, sobre todo el baile nacional cubano.


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Jessica Mesa Duarte

Periodista y escritora de guiones radiales.

Se han publicado 1 comentarios


Téllez
 24/5/18 14:54

Verdaderamente impresionate lo de este Joven pianista en el Kennedy Center, en la apertuar del Festival Artes de Cuba, a la altura de la Omara! , ¿ o me equivoco?

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