El ballet lo propició y es en él donde ahogan sus penas, alejan sus tristezas y surgen reconciliaciones. Los primeros bailarines del Ballet Nacional de Cuba Anette Delgado y Dani Hernández comparten la vida en el escenario y en el amor desde hace tiempo, y aunque puede parecer difícil, mantienen la profesionalidad ante todo para que no influya nada externo que les afecte su desempeño.
- Anette Delgado: Pienso que es la combinación perfecta. En ocasiones tenemos diferencias pero las superamos para lograr un buen trabajo que luego pueda ser aplaudido por el público. Contar con el apoyo de la pareja en todo momento es genial, se necesita de esa confianza para decirnos las verdades en el momento exacto y lograr la perfección.
- Dani Hernández: Tratamos de separar el ballet de la vida amorosa. Si alguna discusión tenemos en la casa la dejamos atrás porque somos profesionales ante todo. Y muchas veces nos arreglamos en la escena, ¿dónde mejor?
Fue difícil empezar, como lo es para todo niño o niña que a los 9 o 10 años debe comprender lo importante de pararse en las puntas de sus pies y dejarse llevar por gráciles movimientos al compás de la música.
- Anette Delgado: Fue duro empezar. Surgen muchos obstáculos pero superarlos es parte de la carrera, y el carácter se va moldeando en función de eso. El resultado es lo que soy hoy, eso es lo importante.
- Dani Hernández: Estuve desde los 9 años en una escuela becada porque en Remedios no existe una para los amantes del ballet. Por eso me fue más duro porque no tuve el apoyo de mi familia directamente y tomé decisiones apresuradas a veces, lógico, como cualquier adolescente.
“Lo satisfactorio es el logro de nuestro trabajo, es llegar a donde soñaste todo el tiempo…Vencer lastimaduras, sucesos que no deberían pasar, situaciones desagradables, y luego llegar al escenario y bailar, sentirse satisfecho”.
-Lo difícil no es solo empezar, sino mantenerse…
- Anette Delgado: Tienes razón, y sobre todo para las mujeres. La bailarina debe ser delgada, delicada, y aunque no pasé por eso al principio porque yo comía de todo, llegó un momento en mi vida que tuve que hacer dieta y ejercicios para mantener el físico.
“La carrera no termina cuando llegamos a ser primera figura, porque alcanzar esa categoría demanda de nosotros un esfuerzo constante, nos convertimos en un ejemplo para los estudiantes, para la compañía. Además, cuando repetimos en los clásicos, hay que buscar los detalles para hacer algo diferente cada vez, para que nuestras interpretaciones siempre sorprendan al público”.
-Dani Hernández: En esta edición del festival estaremos juntos en el Teatro Nacional y en la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Invierno será un estreno, una coreografía que mezcla lo clásico y lo contemporáneo…No estamos habituados a lo diferente de lo clásico, pero hemos trabajado mucho para el público.
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