Nuevos caminos de la Muestra Joven

A trece años de su fundación, la Muestra Joven ICAIC comienza a avizorarse como un espacio más maduro y sosegado, aún cuando se encuentra en un período de pre adolescencia.

Hoy la Muestra se acerca más al propósito fundacional de ser un festival organizado por los  jóvenes realizadores cubanos. Quienes exhibieron sus obras en la cita anual provienen de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA), de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV), del mundo del periodismo, la comunicación social, las artes visuales, el diseño o, sencillamente, de la Universidad de la Calle.

En la mayoría de los 56 materiales presentados a concurso por autores de diez provincias— 29 películas de ficción, 16 documentales y 11 cortometrajes de animación— se observa una intención por develar puntos neurálgicos de nuestra sociedad, como el fraude escolar, la doble moral, la prostitución, el acoso sexual, la censura, la violencia de género, la necesidad de un mayor respeto hacia todo tipos de diferencias y lo dañino de los estereotipos culturales.

En ese sentido, comentó Alcides Rafael Pereda Ochoa, autor del cortometraje de ficción Bigger, faster, better, more!, durante uno de los intercambios de criterios realizados bajo el título de Moviendo Ideas, donde se reunieron críticos, especialistas, realizadores y público interesado en polemizar en torno al pulso de lo social:

"Quería mostrar las carencias espirituales de algunos niños y tomar el fraude escolar como un pretexto para hablar de otros temas".

Siguiendo esa misma línea de pensamiento, Leando de la Rosa, realizador del corto Anfitrión, resaltó que le interesan "los temas familiares, las contradicciones y la prostitución de nuestras tradiciones".

Sin embargo, la calidad de algunos cortos de ficción exhibidos en la Muestra fue cuestionada por un experimentado director de cine, como Jorge Molina, quien conminó a los realizadores a encontrar su lado oscuro porque —según su opinión— para "contar historias uno debe tener una experiencia de vida medianamente interesante" o saber localizar buenos personajes".

También resaltó la importancia de ver todo tipo de cine, desde el paradigmático hasta el comercial y lleno de estereotipos, donde todo funciona muy bien desde el punto de vista de las ventas y la taquilla.

"Hace años está pasando, en el audiovisual cubano, que los jóvenes se mandan a correr sin antes saber caminar", sentenció Molina luego de visionar junto al público materiales como Las ventanas (Maryulis Alfonso), La casa (Rosa María Rodríguez Pupo), La trucha (Luis Ernesto Doñas) y Noli me tangere de Alejandro Arango Milán.

El cineasta señaló cómo a partir de una urgencia por decir cosas se deja de lado la intención de contar una historia sólida y se privilegia el contenido por encima de la forma, aunque sí hay un peso importante en la construcción de atmósferas.

"De momento están contando historias viejas y están en la edad de comerse el mundo. Cuando usted cuenta una historia tiene que partirle el pecho al espectador. La fotografía, la banda sonora, todo debe estar en función de las emociones", concluyó.

Igual cuestionamiento se planteaba el especialista Pedro E. Moya cuando manifestó que "ser joven es un estado de ánimo. Hablo de lozanía y juventud en la creación. Eso es lo que se espera del cine joven".

A contrapelo con ediciones anteriores —donde la no ficción siempre ocupó un lugar preponderante—, la curaduría de la Muestra solo seleccionó 16 documentales donde primaba una mayor calidad formal y conceptual.

El hecho fue resaltado por Sara Vega Miche, Asesora General de la cita, quien comentó que antes "había muchísimos documentales,  pero demasiado parecidos entre si. Eran como una especie de panfletos enfocados más hacia los problemas sociales del país".

“Estoy contenta porque veo el abandono de la perreta crítica y una visión más madura para encontrar el camino hacia la búsqueda de un personaje. Los veo crecer como realizadores y eso está muy bien", acotó la asesora.

Sobre los documentales Abecé (Diana Montero), Despertar (Lázaro Lemus), Pedrito…Antes del agua, de la periodista tunera Menfesí Eversley Silva, y Homenaje de la autoría de Damián Saínz —este último seleccionado para su exhibición durante la apertura de la Muestra Joven— Sara resaltó que constituyen un muestrario de la diversidad de materiales con matices que enriquecen el discurso reflexivo.

En esta ocasión, los eventos teóricos Moviendo ideas —organizados por el joven cineasta Juan Carlos Calahorra—, fueron calificados por Vega como "un ejercicio casi académico donde los especialistas deconstruyen las obras de los noveles realizadores".

La especialista ponderó la labor organizativa de Calahorra y la "serenidad" con que transcurrieron los debates, algo que antes no sucedía, lo cual evidencia la madurez alcanzada por los realizadores y por los organizadores de la cita.

Por tercer año consecutivo, la Muestra se autofinancia y esto es otra demostración de los aires renovadores que se imponen hoy para la supervivencia de cualquier evento cultural en la Mayor de las Antillas.

Para un mayor entendimiento del tema tuvo lugar en el Centro Cultural Cinematográfico ICAIC un panel  coordinado entre la Oficina de la Unesco en La Habana –a través del proyecto Cámaras de la Diversidad para el Caribe-, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y la Muestra Joven ICAIC donde se profundizó sobre el desarrollo de industrias creativas en el Caribe. Y nuestro cine…¿qué?

De este debate salió a relucir que existen potencialidades reales para el desarrollo de industrias creativas en el Caribe como un medio adecuado para impulsar el crecimiento económico y promover la diversidad cultural de la región.

Sobre el particular no hay una gran cultura en Cuba. Por eso recientemente especialistas de la UNESCO impartieron un taller en el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y, próximamente, continuarán las acciones de superación con instituciones que pertenecen al Ministerio de Cultura.

Otros asuntos medulares puesto sobre el tapete fueron los relativos a las cooperativas culturales, que tanto interés concitan tanto en los noveles realizadores como en los ya consagrados, porque como rezaba el eslogan de la mesa debate El futuro es hoy. ¿Cambiará el cine cubano?

"Las cooperativas culturales son un propuesta atractiva gracias a la cual podemos contar con una personalidad jurídica" señalaba recientemente la realizadora Magda González Grau, al frente de la comisión que estudia la propuesta que se presentará, en fecha reciente, al departamento jurídico del Ministerio de Cultura.

Pedro Luis Rodríguez, joven realizador e integrante de  la Junta directiva de la Muestra, explicaba al respecto: "no es un trabajo terminado pero tenemos que pensar en que el país está cambiando y las cooperativas culturales son la opción que tenemos a la mano en el contexto actual."

La ley para el ejercicio del trabajo por cuenta propia no está escrita de acuerdo con las particularidades del sector de la cultura. Mucho menos contempla las peculiaridades del  sector cinematográfico. Aún no se han creado en la Isla empresas culturales no estatales. Por eso "todavía tenemos que seguir estudiando la ley" señaló Rodríguez.

En su andadura, con la adarga al brazo, las nuevas hornadas de realizadores cubanos tienen muchos retos ante si. El futuro es esperanzador. En esta edición de la cita anual cinco jóvenes asumieron la misión de integrar la Junta directiva.

Sobre los hombros de Arigna Fajardo, Armando Capó, Mijail Rodríguez Riverón, Pedro Luis Rodríguez y Vanessa Portieles, recayó una grandísima responsabilidad pero ese quizá sea el mayor signo de crecimiento en espiral de la Muestra. Como señaló Marisol Rodríguez Rosabal, directora del evento: "Ya era hora de que los jóvenes se hicieran su propia fiesta".

De la segunda Asamblea de nuevos realizadores —efectuada un año después del primer encuentro donde los jóvenes tomaron las riendas de la cita luego de dialogar con la presidencia del ICAIC— emergerá la nueva junta directiva de la próxima Muestra Joven que tendrá lugar en la primavera del 2015.

Esa es la mayor demostración de respecto hacia el cineasta Fernando Pérez quien en 2012 afirmó en sus palabras de despedida como director de la Muestra Joven: “Va a ser siempre un hervidero de ideas y el termómetro del audiovisual cubano. Quiero que la Muestra la dirija un joven”.