El trombonista Eduardo Sandoval estudió en la escuela elemental de música Alejandro García Caturla, cursó el nivel medio en la escuela Amadeo Roldán y, finalmente, egresó de la Universidad de las Artes.
Su mamá quería que fuera trompetista pero un profesor lo convenció de que tendría más futuro con el trombón. Ese instrumento lo cautivó de tal manera que, a sus treinta años, comenzó a despuntar como un destacado intérprete.
Hoy asegura que es el seguidor del desaparecido instrumentista Juan Pablo Torres, quien falleció en 2005, a los 58 años. Cuando habla de él, muestra sus amplios conocimientos sobre la trayectoria del trombonista dentro de la música cubana. En esos instantes apasionados, a Eduardo le brillan los ojos de una manera muy especial.
—¿En qué momento de tu carrera musical comienzas a interesarte por la figura de Juan Pablo Torres?
—Me encanta el trombón. Me gustan los sonidos que se le pueden sacar a ese instrumento, al igual que hacía Juan Pablo Torres. Cuando adquirí cierta madurez empecé a escuchar un poco de música y a descubrir qué quería hacer.
“Así entré en contacto con sus interpretaciones y me quedé maravillado con la figura de Juan Pablo Torres, porque fue un cubano que hizo cosas fantásticas con el trombón y la música popular, fusionada con el jazz. Eso siempre lo tendré presente. Por eso, me considero su continuador. Me he propuesto rescatar su legado musical”.
—¿El jazz llega a ti como un interés personal?
—No. Llega a mí por intermedio de varios amigos, por ejemplo, mi hermano del alma, Michel Herrera, fue uno de los que me impulsó en este camino. Él fue el primero que me invitó a tocar con su grupo y así me empecé a interesar por el jazz.
“Hoy, que ya tengo mi propio grupo, sigo tocando con otros músicos porque, aunque amo mucho el jazz, no me proporciona los recursos para vivir bien, simplemente me da la paz espiritual que, muchas veces, es más necesaria que el dinero”.
—Precisamente, Michel Herrera fue el productor de tu primer fonograma titulado Caminos abiertos. ¿Cuántas alegrías te ha proporcionado este CD?
—Me considero afortunado por haber podido contar con la producción de Michel Herrera. Pude plasmar en el fonograma casi todo lo que quería. Tiene nueves temas. La mayoría son escritos por mí. Otros, son del pianista y arreglista Miguelito Núñez.
“Cuento con una invitada especial: Beatriz Márquez —Premio Nacional de Música de este año— que me regala una interpretación de lujo del tema Vieja Luna. Incluí Rumba de cajón, un tema escrito por Juan Pablo poco antes de morir.
”En el CD participan además Emilio Frías, uno de los cantantes jóvenes de la música popular que está dando mucho de qué hablar; el grupo de rumba Osaín del Monte, que para mí es espectacular; los excelentes pianistas Alejandro Falcón, Rolando Luna; Michel Herrera, en el saxofón; los músicos que siempre trabajan conmigo: Roger Rizo, en el piano; el baterista Alain Ladrón de Guevara; Rafael Aldama, en el bajo; entre otros.
”Estoy muy contento con mi primer disco. Tengo que agradecerle mucho a la presidencia de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) que fue el motor impulsor. Gracias a la beca El Reino de Este Mundo, de la AHS, conté con el primer presupuesto.
”Cuando ya estaba en la fase de grabación, la empresa EGREM se interesó por mi música y decidió patrocinarme el fonograma. Puedo decir, con mucho orgullo, que soy el segundo trombonista en Cuba al cual la EGREM le graba una placa, después de Juan Pablo Torres”.
—¿Cómo lograste reunir a tantas estrellas en tu primer disco?
—Me considero un músico de sesión y he tenido la suerte de grabar en muchos discos de profesionales reconocidos como los Van Van, Beatriz Márquez, Omara Portuondo, entre otros.
“Por eso, llamé a algunos de mis amigos porque pensé que les gustaría estar en mi primer CD y que no me iban a decir que no. De hecho, me apoyaron desde el principio hasta el final de la grabación”.
—¿Cuál será tu participación en esta edición 31 del Festival Jazz Plaza 2015?
—Voy a tocar junto a Alain Pérez y El niño y la verdad. Me presento con mi grupo Habana Jazz, el domingo 20, a las 2:00 de la tarde, en la Pérgola del Pabellón Cuba. Me va bastante bien. No me puedo quejar. Me considero una persona afortunada.
“Por otra parte, me mantengo trabajando con Buena Fe, Raúl Paz y otros músicos. Todavía no tengo una peña habitual pero sí me presento con regularidad en el club La Zorra y el Cuervo, en la peña del Hotel Sevilla, en el Café Miramar, en el bar de Lazarito Valdés, a quien le agradecemos por haber abierto su espacio para los jazzistas cubanos”.
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