La cerámica utilitaria tuvo sus días de esplendor en la Mayor de las Antillas hace varias décadas atrás. Aún se recuerdan con agrado aquellas vajillas procedentes de la Isla de la Juventud que se podían adquirir a precios relativamente módicos, al alcance de muchas familias cubanas.
El diseñador Luis Ramírez, uno de los integrantes del Estudio DEKUBA, tuvo el privilegio de trabajar en la fábrica de cerámica de la Isla de la Juventud entre 1991 y 1993. Esa experiencia le resultó muy grata porque allí aprendió todos los secretos sobre cómo domesticar el barro para lograr bellas formas en las piezas que salen del horno.
“Era una magnífica industria. Estaba la Tercer Congreso, la más grande de todas; la Segundo Congreso, con una dimensión intermedia a una escala más adecuada para Cuba en cuanto a productividad, control y costos; y la Primero de Enero, que es la que se encarga fundamentalmente de realizar prototipos, producciones pequeñas, muy especiales. Solamente cuenta con dos hornos.
”Creo que es la mejor fábrica de Cuba. No sé en qué condiciones se encuentre hoy. Está ubicada muy cerca de los yacimientos de Caolín, una de las principales materias primas empleadas. Otro material es el feldespato que también se encuentra allí”, explica Ramírez.
Los diseñadores cubanos están conscientes del papel que deben desempeñar para contribuir a la recuperación de la industria nacional y la sustitución de importaciones. Así lo considera este creativo: “Creo que si esa industria realmente se potencia puede resolver, en gran medida, el ciento por ciento de la demanda nacional de vajillas de todas la dimensiones, así como el mobiliario sanitario y sus accesorios con muy buena calidad. Es imprescindible que esa industria siga existiendo y volver a colocarla en el nivel que tenía hace años atrás”.
Durante la 1.a Bienal de Diseño de La Habana, organizada por la Oficina Nacional de Diseño (ONDi), se debatió ampliamente acerca del rescate de la cerámica y el mobiliario como parte de las industrias creativas. De gran interés resultó la conferencia titulada “Aplicación del diseño a los procesos industriales. El diseño en la cerámica”, impartida por el señor José Luis Vázquez, director de proyectos de la Fábrica de porcelanas Sargadelos, ubicada en Galicia, España.
El directivo disertó sobre los orígenes de la fábrica —donde actualmente se produce porcelana de altísimo nivel y muy valorada en el mercado internacional— y ofreció una panorámica de los posibles pasos para llegar, en Cuba, a un sistema productivo no tan costoso para la fabricación de objetos utilitarios como platos, tazas y la construcción de ladrillos, bloques y muebles sanitarios.
Sobre el tema apunta Ramírez: “Esa es una carta inmensa de posibilidades que la industria nacional debería tener en cuenta. Se trata de solucionar necesidades concretas que pudieran permitir, a partir de los procesos productivos que hoy existen en nuestro país, la realización de muchas piezas en serie destinadas al consumo de la población”.
UNA VISITA A SARGADELOS
Cada dos años la fábrica española lanza la convocatoria para una beca de creación donde ya han participado varios diseñadores y artistas cubanos. Luis Ramírez presentó un proyecto que había realizado hace décadas atrás en la Isla de la Juventud. Se trata de un conjunto de cerámica Tropi. Así llegó a Sargadelos en el mes de agosto de 2014.
“A los patrocinadores de la beca les pareció interesante que yo pudiera participar junto a ellos en la realización de algunos diseños y prototipos para la fábrica Sargadelos. Para mí era un poco complejo ya que en cada una de las piezas de Sargadelos hay una gran carga simbólica en cuanto a la forma, la función y la parte estética.
”Toda la gráfica está relacionada con la historia antigua de Galicia y los descubrimientos arqueológicos que se han hecho allí. Las piezas tienen muchos colores y son bastante complejas si las comparas con mi metodología y filosofía de diseño que es más sencilla, más orgánica. Generalmente no trabajo los adornos. Trato, más bien, de que cumplan con la función utilitaria.
”Asumí el reto y decidí hacer el proyecto que me sugirieron pero con mi forma de trabajo. Hice un conjunto de servicios de jugos, soliflor, candelabro, porta joyas, objetos de oficinas, lámparas; aprovechado la transparencia de la porcelana y también la disminución al mínimo del grosor de la pasta, lo cual hace cada una de las piezas más ligeras.
”Incorporé la posibilidad del movimiento en las piezas para romper un poco con los códigos que existen en el mundo acerca de que la porcelana es algo que no se puede tocar porque es muy frágil y se rompe. En este caso se trata de piezas que rotan.
”El conjunto se llama Giros y se mueve cada vez que uno tropieza con él o choca con el aire. Con él obtuve un premio ONDi 2014 en la categoría de trabajos profesionales de Diseño Industrial. Ha causado muy buena aceptación”.
Recientemente, las formas atípicas diseñadas por el cubano fueron seleccionadas para formar parte del catálogo internacional de Sargadelos. Los saberes alcanzados por Luis Ramírez, como resultado de esta experiencia económica, sencilla, funcional, bella y utilitaria, deberían ser tomados en consideración por la industria nacional para que regrese a los hogares cubanos un diseño que tuvo su génesis, precisamente, en la fábrica de cerámica de la Isla de la Juventud.
Daisy
21/6/16 12:05
Preciosos esos diseños, todavia utilizo en mi casa artículos de la artesania de Isla de la Juventud, dios permita vuelvan a elaborar esa artesania,para el pueblo cubano, con la calidad que el pueblo se merece.
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