La Habana es también una ciudad para el amor

“Sospechosamente contento”, así se autodescribe el realizador Arturo Santana tras culminar el proceso de filmación, iniciado el pasado 4 de marzo, de su largometraje Habana selfies, e inmerso ahora en la posproducción.

“Lo estoy porque todo ha salido bien, con calidad, y en el tiempo estimado para cumplir los cronogramas. Lo estoy porque me siento satisfecho con el equipo, con todo el trabajo realizado y porque presiento que lo estaré, en definitiva, con el resultado final. Uno siempre se queda con ganas de hacer esto o aquello cuando ya la obra esta lista, pero con esta película voy paso a paso, lleno de complacencias”.

En conferencia de prensa realizada en días recientes, Santana aseveró que llevaba alrededor de una década con el guion de este filme bajo el brazo, con la intención de contar historias de amor en la capital cubana, “como lo han hecho otros cineastas tomando como escenario París, Berlín o Río de Janeiro. La Habana es también una ciudad para el amor y se puede vivir de muchas maneras en cada uno de sus rincones”.

Finalmente, el Ministerio de Cultura y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) aceptaron el proyecto que, además, será un regalo a la Ciudad Maravilla por sus 500 años de fundada. “No es Habana selfies la película del 500 Aniversario, pero sí es una que le regalamos a la ciudad por la celebración, posiblemente a estrenarse en diciembre, durante el venidero Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano”.

Aparentemente es una película sencilla, sin grandes pretensiones en cuanto a efectos especiales, escenografías o de otro tipo, Habana selfies convidó al desafío a todo el equipo de realización. “Tuvimos muchas escenas en exteriores, lo cual demanda ciertas exigencias para el sonido, las luces… Filmamos muchas noches, y eso también es un reto, al que se suma el acto de convencer a las personas para que colaboraran con nuestro trabajo”, comentó la actriz Iris Abreu, directora asistente.

Decir que Habana selfies es una comedia urbana puede despertar la curiosidad entre los amantes de las “etiquetas”, pero es simple, agrega el también director de Bailando con Margot. “Es una comedia que parte de la ficción, con elementos de la realidad, y claro que es urbana, por el escenario en el que se desarrolla. Muestro a La Habana, ciudad que me encanta, más allá de los símbolos que internacionalmente la identifican, y ello también me ha motivado”.

La música, a cargo del compositor, arreglista y productor musical Germán Velazco, será otra de las maravillas que traerá este filme, además de la actuación especial de la actriz Daysi Granados y la confluencia de actores jóvenes como Yeny Soria, Ray Cruz, Armando Miguel, Pedro A. Martínez, Saúl Rojas, Deisy Forcada, Yessica Borroto, Lili Santiesteban, Jennifer González, Yía Caamaño y Leonardo Benítez; además de otros con más trayectoria actoral como Roque Moreno, Cheryl Zaldívar, Neisy Alpízar, Mayelín Barquinero, Max Álvarez, Félix Beatón, René de la Cruz, Ebert Álvarez, entre otros.

Afirma Santana que esta película, como el arte todo, es un acto de fe. “Hay mucha entrega, compromiso, ética e incluso amor detrás del cine, más allá del fenómeno industrial que es. Esperamos que el público disfrute con lo que hemos hecho y que al final, lo más importante, sea capaz de valorar el trabajo en medio del divertimento”.

Las expectativas crecen a partir de toda la campaña desplegada en las redes sociales desde el inicio. Los espectadores esperan, y el staff, conformado por Carlos de la Huerta, como productor general; Alexander González, en la fotografía; Celia Ledón, en la dirección de arte; la diseñadora Alyssa Peláez, asistente de dirección de arte; Velia Díaz de Villalvilla, en la Banda Sonora; Damián Rubiera, a cargo del sonido directo; Daniel Diez Jr. en la edición; Rebeca Jara, en la dirección de comunicación; Víctor López, en la post producción; y ambientadores, peluqueros, maquillistas, vestuaristas, técnicos de audio, figurantes, entre otros; también esperan que se multiplique el sentimiento más allá de la gran pantalla, en “la ciudad donde todos se aman —como dice el eslogan de la película— al menos un instante”.