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sábado, 23 de noviembre de 2024

Horizonte infinito en el danzar cubano

Un panorama ilimitado de las vertientes que desembocan en el arte de reflejar sentimientos y modos de decir en el arte de hacer hablar al cuerpo constituyó la esencia de la jornada Danza toda en el teatro Mella...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 29/04/2014
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bailarina
bailarina (Julieta García Ríos / Cubahora)

LO INIMAGINADO EN LA CORPOREIZACIÓN DE ENSUEÑOS

En el vigésimo aniversario de la Jornada Los Días de la Danza, titulada en esta edición "La danza toda", la gala inaugural tuvo especial connotación, al ser protagonizada –por vez primera en su historia- por el Ballet Nacional de Cuba. El espacio incluyó el estreno mundial del más reciente título de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, "Caleidos", inspirada en la voz griega caldos, que significa formas bellas, lo cual se tradujo en una creación balletística,  donde la coreografía se apoya en un cromatismo en complicidad con la luz, que requirió la proyección de imágenes en movimiento, las cuales completaban el efecto impactante de una coreografía sumamente compleja cuyas intensidades de rimo respondían a la partitura de Camille Saint Saens, utilizada por la Alonso como fuente inspiradora de esta obra,.

Alicia describe Caleidos como “mi deseo de crear un imaginario donde se abracen las formas bellas en una armonía visual,  realzando este concepto con un baile que requiere un gran esfuerzo de los muchachos y una ejecución que complete esa percepción por parte de las muchachas. Este ballet refleja mi amor por mi marido, quien como yo es un amante de un hermoso juguete, que ya no existe, el caleidoscopio, lo que también evoca mis recuerdos de la niñez”

Otras obras de Alicia Alonso enriquecieron las propuestas de este primer día, como Umbral y, A la luz de tus canciones, unidas al estreno mundial de Laura Domingo, una obra  inscrita en los códigos de lo más contemporáneo en la danza mundial,  El desequilibrio, que interpretó con sumo lucimiento Viengsay Valdés, quien incursionó por vez primera en una manifestación tan contrastante con el ballet.

LO AFRICANO EN FUERTE ABRAZO DE IDENTIDADES

Lenguajes que reflejan puntos de contacto en la expresión de uno de los raigales predominantes en la cultura cubana fueron el aspecto predominante en las tres galas sucesivas que completaron la programación de Danza toda, especialmente en las agrupaciones que lideran este subgénero: el Conjunto Folklórico Nacional, Banrrará y Raíces profundas, en lo más auténtico de repertorios avalados por estilos diferentes que recrean la ritualidad y  la génesis de lo que podría considerarse como un costumbrismo muy peculiar que llega a tradiciones contemporáneas en una mezcla de lo puramente africano, en diferentes etnias como el bantú, aunque lo yoruba predomina en gestualidad y lenguaje.

Por ello, en la tercera función, el Conjunto Folclórico Nacional puso punto final al programa con una de sus creaciones antológicas, Carnavaleando, que constituye la fusión de la ritualidad con la fiesta más popular de Cuba, representada por personajes reales y ficticios, que adquirió un carácter interactivo con el público en la platea y en el escenario,  por el ritmo contagioso que compartieron los espectadores. Tal experiencia fue repetida por Barrará, agrupación que alcanzó grandes momentos los tres últimos días, al incluir en la programación, toda una serie de coreografías, entre ellas rumba y gagá,  que culminaron con una conga que encontró feliz complicidad con el auditorio y otorgaron un final festivo pleno de alegría al evento.

El Ballet de Santiago Alfonso emerge de lo africano, aunque lo estiliza en función del espectáculo y logra una proyección escénica de gran impacto para conocedores y público en general lo cual corroboró el colectivo en dos coreografías de Santiago –Pa mi gente y Bembé doble-, mientras captó la esencia de la canción Para vivir, de Pablo Milanés, que adquiere una dimensión renovada en este tema laudatorio del amor.

Una concepción diferente y muy peculiar de lo africano en el danzar fue plasmado por la agrupación femenina Obbiní batá, que desafió a los cultores del ritual africano y apropiarse de los tambores batá como instrumentos de su arte, prohibidos por el ritual para las mujeres, y los hicieron cantar en Aguerrida, en una coreografía de Eva Despaigne.

PRESENCIA PROTAGÓNICA DE LA POSTMODERNIDAD

Compañías muy prestigiosas compartieron la escena con los más jóvenes, lo cual sirvió para que los asistentes se percataran que la nueva ola viene no solo con paso seguro, sino abriendo perspectivas y sugiriendo posibilidades. Pudo observarse la presencia de presupuestos de un lenguaje novedoso, en el cual la danza adquiere resonancias teatrales, incorpora conceptos propios de las artes visuales, en una fusión caracterizada por su espontaneidad y fluidez, todo lo cual confluye en un lenguaje que busca y encuentra complicidad en el espectador y no precisamente en el conocedor.

Es la nueva generación que se abre paso, con algunas referencias a generaciones precedentes con una mirada que descubre referentes en el  futuro, al contemplar el presente con una mirada novedosa. Ellos evalúan conceptos y argumentos en imaginarios que sacan a la luz y a la vista conflictos interiores, lo cual pudo constatarse en las coreografías llevadas a escena por ISODANZA (los jóvenes estudiantes del ISA),  en títulos que confirieron nuevos rumbos a lo visto en escena como De 6 a 6 y 3, el frenesí llevado a su máxima expresión,  y De deux,  un paso a dos que ironiza las situaciones límite y denota un sentido del humor muy especial.

Podría decirse que dos antecedentes de esta creatividad pueden encontrarse en  dos compañías mu8y prestigiosas, que cultivan de un modo muy original las esencias de la postmodernidad y que mostraron sus armas irrebatibles en esta programación: Danza combinatoria, con Versus y Combinatoria en guaguancó, ambos dos clásicos, creados por Rosario Cárdenas, en dos, a partir de la aplicación de las matemáticas a la creación danzaría. Por otra parte, en una línea creadora que toma elementos de la postmodernidad, Susana Pous creó MalSon, un título que representa algo de lo más triunfal de DanzAbierta, escenificado bajo ovaciones.

EL CID EN MIRADA RENOVADORA DEL BALLET ESPAÑOL

Una coreografía de muy reciente estreno por el Ballet Español de Cuba, El Cid, en tres movimientos, con coreografía de Leslie Ung, mostró el apego al estilo de la danza clásica hispana por esta compañía, con un concepto muy serio de cuanto compete a la escenificación  no solo en cuanto al baile como tal, sino al toque de las castañuelas, en perfecta conciliación con el danzar, además del logro de un impacto en cuanto al sentido teatral de la puesta, con los códigos propios de la escenificación en el siglo XXI, en lo cual jugó un importante papel la disciplina del cuerpo de baile, siempre con perfecta unidad de acción , pese al ritmo casi vertiginoso de la puesta, tanto en el manejo de los abanicos por las bailarinas y en las habilidades con el capote en la escena de los toreros, mientras Leslie Ung y Daniel Martínez evidenciaron su primacía en los roles titulares.

Una jornada que poseyó un carácter de apreciación artística para los espectadores quienes, en cuatro funciones pudieron aprecias la variedad y calidad que posee el arte danzario en Cuba, con esta muestra presentada por el Centro de Danza de La Habana, con la dirección general de María del Carmen Borroto. El epílogo ocurrirá este martes a las 5:00 p.m., en el  Mella, con la entrega del Premio Nacional de Danza, a la primera bailarina y profesora Silvina Fabart, como parte del homenaje al Día Internacional de este género de las artes escénicas.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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