Tenía apenas 35 años cuando lo sorprendió la muerte. José María Heredia murió en la casa número 15 de la calle de los Hospicios, en la ciudad de México, tierra donde –a decir de Martí– todo peregrino halló refugio, pero lejos de sus palmas. Fue el 7 de mayo de 1839. Trágico colofón para una existencia tan brillante como tormentosa.
Había nacido en Santiago de Cuba, el último día del año de 1803. Motivado en un inicio por las obligaciones laborales de su padre, desde los dos años de edad inició un dilatado recorrido que incluyó Florida, Santo Domingo, Caracas, La Habana –donde estudia Derecho–, Matanzas, New York, México; por lo que nunca regresó al terruño natal.
Joven virtuoso, logró desarrollar múltiples facetas. Fue abogado, militar, maestro, traductor, abogado, periodista, diplomático, diputado e historiador; y, por si fuera poco, fue patriota y acendrado cubano. Aunque, sin dudas, su mayor éxito lo alcanzó en el cultivo de las letras: poesías, ensayos y obras de teatro dan fe de su talento.
Pionero del romanticismo, Heredia ha sido considerado como uno de los mejores exponentes líricos de la Mayor de las Antillas; y por demás tuvo la primicia de plasmar en sus versos los ideales libertarios. Por tal motivo, muchos cubanos de su tiempo lo alabaron y reconocieron que empezaron a sentir por Cuba mediante la lectura de sus textos.
Su poema “La estrella de Cuba” marcó el advenimiento de la poesía al servicio de la independencia cubana y de lo que sería la futura nación. El dolor provocado por el destierro y la intensidad de su amor por la tierra que dejaba atrás lo manifestó en su “Himno del Desterrado”, que alimentaría el fervor de varias generaciones a lo largo del siglo XIX.
Pero fue su “Oda al Niágara” la que le otorgó notoriedad mundial. En ella se advierte al bardo seducido por la magnificencia del paisaje natural, al que enlaza líricamente sus sentimientos de nostalgia por las palmas, (¡ay! las palmas, recita), símbolos de la patria amada y distante; además de figurarse el vínculo hombre-libertad.
Sin embargo, José María Heredia no fue solamente autor de obras exaltadas que incitaran a otros a luchar, sino que él mismo laboró como patriota y figuró entre los líderes de la Conspiración de los Soles y Rayos de Bolívar. Justamente, su pensamiento y quehacer libertarios determinaron su condena a muerte cambiada por el destierro.
Su vida fue atormentada y épica cual novela. A pesar de sus éxitos literarios y profesionales, padeció la tristeza del exilio, la humillación e incomprensión de sus contemporáneos. Al interior de sus propios textos se advierten los suspiros de su alma trémula y agobiada; las señales de sentirse desdichado, errante y proscrito; sus dolores y esperanzas, sus desesperaciones y amarguras.
Heredia fue un espíritu austero y sufrido que se consumió en un torrente de romanticismo y aspiraciones de libertad. Integró la vanguardia de su tiempo que manifestaba la ilusión y la ira, los afanes enardecidos y sublimes de romper las cadenas del colonialismo. Encarnó el poema mismo de su época.
Nadie mejor que Martí supo ponderar su grandeza y atenuar sus errores. “Heredia tiene un solo semejante en literatura, que es Bolívar […] El primer poeta de América es Heredia. Sólo él ha puesto en sus versos la sublimidad, pompa y fuego de su naturaleza. Él es volcánico como sus entrañas y sereno como sus alturas”, expresó el Apóstol, quien también lo consideró su padre literario.
Cuando murió –suele decirse que minado por la tuberculosis contraída durante su exilio en Estados Unidos, aunque a ciencia cierta no se especificó la causa en el acta de defunción– su cuerpo fue inhumado en el panteón del Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, en la capital azteca.
Allí permaneció hasta que, a punto de vencerse el plazo reglamentario de cinco años para uso de la tumba, su familia determinó el traslado de los restos al panteón de Santa Paula, en donde habían adquirido a perpetuidad un terreno (a la derecha y muy cerca de la puerta del camposanto).
Como epitafio tuvo esta estrofa de su amigo y también poeta José María Lacunza: Su cuerpo envuelve del sepulcro el velo./ Pero le hacen la ciencia, la poesía/ y la propia virtud que en su alma ardía/ inmortal en la tierra y en el cielo.
Su madre Mercedes Heredia y Campuzano –radicada en Matanzas– intentó en vano repetidas veces traer los despojos del hijo amado a Cuba. Pero en cada una de esas distintas ocasiones el propósito le fue obstaculizado por el receloso gobierno colonial.
Como para mayor desdicha, el cementerio de Santa Paula fue clausurado para 1850 y, presumiblemente, los huesos del bardo fueron trasladados al camposanto de Tepeyac, en Guadalupe, y acabaron arrojados al osario común; perdiéndose para siempre. De cualquier modo, resulta infeliz que no exista hoy tumba adónde acudir para rendirle el merecido tributo a esta figura histórica. Semejante final extraño persigue las cenizas de otros grandes de la patria.
Tal pareciera que el destino adverso que lo persiguió en vida, se empeñara en perpetuar el viaje del egregio cubano aun después de la muerte; y dejar a los vivos, como única veneración, la de pensar a José María Heredia inmerso en su peregrinar infinito, en el sendero de la eternidad.
Muchos misterios existen aún entorno a esta figura histórica. Pero lo esencial, ya lo dejó dicho El Maestro, y es que “nuestro Heredia no tiene que temer del tiempo: su poesía perdura, grandiosa y eminente”.
Carlos de New York City
7/5/19 18:10
! bello ! " Si supieran Utds mismos de Hoy y sobre todo la Juventud que acuden a los Blog digitales de Cuba ; es decir : la prensa digital y cualquier Blog tambien de algun Cubano en Cuba y esde cuba, " cuan Ingratos son algunos que no alcanza ver ni apreciar los comentarios de los que emigramos y por experiencia propia escribimos con la verdad , que ingratos algunos que hasta nos maldicen con palabras ironicas y intentando agredirnos en humillarnos , en intentar rescrebajar nuestra dignidad humana , algo que al contrario , se fortalece mas aun dentro de las mismas extrañas del monstruo como del capitalismo salvaje y animal , ese mismo que ya existia en sus comienzos desde la misma epoca de Jose Marti y este Jose maria heredia el peregrino, pero bueno , no hay espacio en esta web ni en ningun blog para escribir y decir la verdad de tantas verdades porque al decir tanto se pierden en las montañas de tantas letras que dicen la verdad y por ironia de la vida al ser largo los escritos y las verdades lucirian como siempre largos los textos para leerlos " Pero si dos palabras a utds" Aprendan a escuchar Consejos de los mas Viejos , para que no cahigan ninguno de Utds en los mismos Errores que se cometen en la Vida y despues ya no hay Paso atras si no de enfrentar el duro DESTINO. Viajar y hacer Turismo es BELLO, hermoso, Traten de Viajar Siempre , PERO no Nunca de convertirse en EMIGRANTES " es distinto y es estar Muerto Dos Veces < Morir como emigrante porque ya no estas debajos de tus Palmas , en tu patria , todos te olvidaran y Morir dos veces es cuando te llega la muerte y mueres Solo y sin patria y sin familia, NO te conviertas nunca en eso mismo , en ser Emigrante.
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