Conversamos y… ¡qué rápido transcurrió el tiempo! Rememoró documentales realizados hace tiempo, como el de Omara Portuondo, los años en los que siendo un niño, su padre, cartero de profesión y soñador por vocación, le inculcó la curiosidad por el mundo del cine. “A mis padres les debo mucho, les agradezco que hayan entendido y aceptado mi anhelo de ser cineasta, a pesar de las dificultades económicas”.
Si de agradecimientos se trata, ahí está arrancando emociones todavía su primera película Clandestinos. Una y otra vez pueden verse las demás, y las vibraciones serán distintas, pero valiosas en cada momento. “Cada película es un riesgo, como todo lo que se acomete en la vida y se asume como tal. Las cosas pueden quedar bien o no, porque hacer cine es como hacer una mayonesa, ya sabes, a veces cuaja o a veces se corta. Pero si no te arriesgas, ¿para qué estás vivo?”.
—El mayor de sus riesgos hasta ahora…
— José Martí: el ojo del canario. Considero que ese ha sido mi mayor riesgo artístico. Nunca pensé hacer una película sobre Martí, pero así me lo pidieron para que formara parte de la serie Libertadores. Acepté la propuesta pero quise conocer y luego mostrar un Martí distinto al que conocía, como la mayoría de los cubanos. Por eso me adentré en su infancia y primera juventud, momentos en la vida en los que se define la personalidad de cada individuo. Esa formación del carácter era lo que me interesaba expresar. Siempre me pregunté por qué Martí representa lo que representa para Cuba. Ciertamente fue un patriota, pensador y escritor como otros; pero ante todo fue un poeta. No porque escribiera versos sino por su extraordinaria sensibilidad.
—¿No fue un riesgo también su videoclip con el tema Canción Fácil?
—Era un viejo sueño que tenía. El movimiento del videoclip es muy rico, diverso, y hay jóvenes que le han dado mucho prestigio. Pienso que es una cantera de cineastas. He visto videoclips que son películas. Para mí era un reto y lo asumí porque me interesa renovarme todo el tiempo.
“Escuchando a Haydée Milanés en los conciertos que hizo, a propósito del disco Palabras, decidí que haría mi primer videoclip con ella. Haydée fue muy participativa. Ella es una actriz, tiene talento y lo demostró cuando le propuse interpretar un personaje en la historia del videoclip.
”Escogimos ese tema y supimos después que Marta Valdés se inspiró en la película polaca Todo para vender para componerlo. Una película que también a mí me impactó mucho porque se adelantó a su tiempo.
”Me gustó mucho hacer este videoclip. No tengo otro en proyecto, pero si me inspiro en otro momento lo hago. Justo ahora cuando filmaba una noche en Los Sitios desde una azotea, me vino a la mente la posibilidad de filmar otro video a través de las ventanas. Tengo otras ideas pero no las he concretado”.
—En Los Sitios ha estado filmando su más reciente película, que se adelantó al ciclo habitual de su creación.
—Sí, es cierto. Hasta ahora siempre he hecho una película cada cuatro años, pero esta se adelantó.
“Chupa Pirulí es una historia sobre la amistad. Escogí a Jorge Martínez y Patricio Wood, con quienes quería trabajar hace tiempo, y reconozco que se esforzaron mucho en la caracterización de sus personajes, que nada tienen que ver con ellos. Repito con algunos, me arriesgo con actores jóvenes.
”El título de la película coincide con el de una canción del trío SBS que se escuchó mucho aquí en la década de los 90, también se escuchará en el filme, y realmente es el título que quiero mantener, aunque el coproductor español piensa que no se va a entender.
”No quiero ponerme metas pero la cinta pudiera estar lista para el próximo festival de cine”.
—¿Fernando Pérez va al cine?
—Cada vez que puedo, adoro ir al cine. Compartir la película con el público es como disfrutar de otra película que no está proyectándose en la pantalla. Se crean energías y se comparten, y eso no sucede cuando vemos películas en DVD o en una computadora.
“En el país se está perdiendo esa magia. Los cineastas estamos luchando para recuperar esa emoción colectiva. Es costoso arreglar los cines, es cierto, pero hay que recuperarlos, porque salvo el cine Charles Chaplin y el Multicine Infanta en la capital, los demás no valen la pena”.
—Si no hubiera sido cineasta…
—Difícil no serlo, pero hubiera sido músico. De alguna manera, hacer una película es como hacer una composición musical. La música puede conmover extraordinariamente. A mí me sucede con el piano, ¿no ves que he utilizado solos de piano en algunas de mis películas?
“Lo importante es que las emociones fluyan de manera natural. De hecho, en el proceso de producción de un filme no uso el término “dirección de actores” porque las emociones no se dirigen, uno las motiva, las provoca para cuando decimos Acción, todo fluya”.
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