Fábrica de Arte Cubano, novedad necesaria

Cruzas el Puente de Hierro, dejas tras de ti el río Almendares, la concurrida avenida 23 o Línea, en dependencia de tu ruta. Incluso puedes llegar justo hasta la entrada a bordo del P3, desde Alamar o cualquiera de los puntos de esta ciudad interconectados por este ómnibus.

Las calles 26 y 11, en el Vedado, son las coordenadas. De jueves a domingo, de 8 de la noche a 4 de la mañana es el momento ideal y al final, podrás contarle a los demás lo que viste, lo que escuchaste, lo que aprendiste.

Fábrica de Arte Cubano (FAC) es la materialización de un sueño y el gran soñador fue X Alfonso, quien se deja ver en todo momento, incluso de día, cuando se ultiman detalles para la noche y aún así, accede a ser entrevistado.

—Poco más de un mes ha transcurrido desde la inauguración de FAC en este lugar… ¿Funciona?

—“Sí, lo mejor es precisamente eso. FAC está funcionado y aunque hace poco tiempo que comenzamos y todavía nos falta mucho por precisar, terminar, idear, conformar, el proyecto camina solo”.

—Ha sido un sueño muy arriesgado…

—Por supuesto. Desde el punto de vista físico y material lo ha sido en una magnitud enorme porque cuando llegamos en septiembre del año pasado a este lugar, antiguamente una fábrica de aceite, fueron muchos los camiones que sacamos con escombros, basura.

“Se trataba de intervenir de verdad, y contamos para ello con el presupuesto que bajo el concepto de mantenimiento y no de inversión nos otorgó el Instituto Cubano de la Música, con el objetivo de avanzar rápidamente.  

“Soñamos en grande y poco a poco veremos los frutos pero siempre nos guió la filosofía, a mí y a todos los colaboradores, de que debíamos aprovecharlo todo. Caminas por FAC y te percatas de los asientos, las lámparas, los “inventos” han sido diseñados con materiales reciclables. Usamos cajas, ámpulas, pedazos de madera…lo que encontráramos y revitalizamos el ambiente con propuestas interesantes”.

—¿Qué ha sido lo más difícil en FAC?

—La novedad, sin dudas. La idea es proponer siempre cosas nuevas, desde las exposiciones fotográficas y de artes plásticas; desde los conciertos, desde las obras de teatro… En fin, se trata de que todo el que participe en el proyecto se inyecte de ideas y que el que llegue pueda descubrir no solo la obra de artistas conocidos sino también de los que empiezan.

“El objetivo también es estimular a los jóvenes para que nos propongan sus creaciones, y luego de valorarlas, sentir que a ellos les motiva verlas ahí, a disposición del público. Además, queremos potenciar el intercambio entre la gente y el creador en las diferentes manifestaciones del arte y de esa manera, eliminar las individualidades.

“Lo más importante es que se sepa que en FAC priorizamos el arte, y aunque también se puede bailar, tomar, comer y compartir como se hace en otros espacios, la idea primigenia y que hay que defender es la de un centro cultural que “contagia” con sus propuestas artísticas”.

—El funcionamiento interno de FAC es también una novedad…

—Lo es, y tiene sus ventajas. Al llegar, se entrega una tarjeta similar a nuestra libreta de abastecimiento cuando abonas los 50 pesos y es en ella donde se marca todo lo que consumes dentro. Al salir, pagas lo consumido, sin que medie el dinero entre los trabajadores y el público, evitando todo tipo de irregularidad. Es una manera de organizar el funcionamiento del lugar, es muy efectiva, y no creas que perdiendo la tarjeta escapas, porque en ese caso se pagan 30 dólares.

—¿Temes que no sea considerada FAC como una opción asequible para el cubano?

—FAC es una novedad dentro del panorama cultural cubano por ser una galería donde confluyen todas las artes, y visto así, es fácil de entender que no está diseñada para que esté siempre llena de gente, y de todo tipo de gente.

“El autofinanciamiento al que aspiramos depende de ese  dinero recaudado con las entradas, el cual va a la empresa a la que yo pertenezco, se descuenta lo que se debe descontar, y luego vuelve aquí para el mantenimiento y conservación del lugar.

“Los 50 pesos es una tarifa estándar si la comparamos con otros espacios recreativos que incluso ofrecen menos propuestas y abren sus puertas por menos horas. ¿Por qué no se habla de los conciertos para los que se pagan 50 dólares o más? Si existiera otro mecanismo sustentable a partir de otra tarifa, puedo escucharlo, pero siempre atendiendo al hecho de que lo que se brinda en FAC no es cualquier cosa, porque es el talento de los artistas el que se combina aquí dentro”.

X recorre el lugar y va enseñando todo lo que se ha hecho y comparte lo que se piensa hacer. La nave 4 se acondiciona todavía para ofrecer conciertos en vivo sin que se hagan en el área exterior porque no queremos molestar demasiado a la comunidad en la que apenas nos estamos insertando, aclara. “Para los niños del barrio organizamos actividades los domingos, tenemos proyectos de renovación en la zona y creemos que se agradecerá nuestra presencia porque el aburrimiento se adueñaba de esta esquina antes de que FAC llegara”.

—¿Qué pasará con la creación musical de X Alfonso?  

—¿Quieres que te diga la verdad? Para mí FAC es como hacer 20 discos y ten la seguridad de que todavía no sé ni por qué me metí en esto. Lo he dicho en otras ocasiones y es porque realmente exige de mí mucho para que en efecto funcione como debe.

“Tengo mis proyectos en casa y están por ahora detenidos pero no olvidados. Me basta por ahora con ver la acogida de la gente, sentir que gusta lo que estamos haciendo y saber que el colectivo que se sumó a esta “locura” está también satisfecho y no se va a ir para ningún otro lugar.

“Yo quería hacer algo por mi país, por la cultura de mi país, y lo estoy haciendo. Aquí pueden celebrarse todos los eventos, festivales y actividades posibles. FAC está con sus puertas abiertas porque creo que es una novedad que hacía mucha falta”.

Fábrica de Arte Cubano (Foto: La Jiribilla)