Diecisiete meses en cinco minutos (+Fotos)

Un cartel casi a la entrada te hace sin dudas temer: “¿Quiere usted vivir por cinco minutos lo que vivieron los Cinco Héroes por 17 meses? Entre aquí”. Ello explica que de las más de 300 personas que hasta este miércoles habían visitado la exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes, únicamente alrededor de 100 decidiesen vivir la experiencia.

Las emociones se podrían enumerar, pero seguiría faltando la esencia de cada experiencia individual:

1-Escuchar la voz de un guardia que te pide levantar las manos, sacar la lengua, tocarte tus partes y te humilla hasta lograr en ti la sensación de que no eres hombre.

2-Elegir ponerte en la piel de uno de los Cinco, cuando en ese momento sientes que quieres ser los cinco a la vez.

3- Sentir en tus manos las esposas, traspasar la reja que te separa del mundo real y encontrar de recibimiento un cuarto donde no se puede ver la luz, y donde el único pasatiempo puede ser escribir, dibujar, jugar ajedrez, pensar que algún día quizás terminará el encierro, caminar y solo ver paredes, un baño, una litera…

4- Saber que Kcho ha demostrado con esta instalación que de verdad los Cinco somos todos, cuando cada visitante que pasa se toma una foto que lo dice así.

5- No saber de otra cosa que del silencio, el mismo que inspira la obra de Antonio Guerrero que custodia esta cárcel recreada.

“A uno le parece que son los cinco minutos más largos del mundo, hablas y de afuera nadie te puede escuchar, no sabes si es de día o de noche porque tampoco puedes ver la luz del sol”, me cuenta Jenny García, una joven integrante del Grupo Kcho estudio que asume el rol de alcaide de la prisión en esta instalación.

Yo encontré en el libro de visitantes de la cárcel cientos de mensajes de dolor por los Cinco, el dibujo de un niño de nueve años dedicado a Fernando, me tropecé con personas que sintieron miedo, que gritaron, extranjeros que se molestaron porque en su país no le hablaran sobre estos hombres y hasta me hablaron de una policía canadiense que visitó la instalación para ver qué se siente vivir la experiencia del lado del encarcelado.

Pero les confieso que no conseguí el valor para vivir la experiencia en carne propia. Lo pensé por un instante, pero no supe sencillamente qué uniforme usar, en todo caso los habría elegido a los Cinco, y habría sentido las esposas en mis manos cinco veces; pero entonces preferí que era mejor rechazar el silencio.

Exposición de pinturas de Antonio Guerrero "Yo me muero como viví" custodia la entrada a la cárcel. (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

Este cartel es la invitación a vivir una experiencia que lo marca a uno para siempre. (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

Todos los visitantes pueden elegir vivir por cinco minutos la experiencia de los Cinco Héroes durante 17 meses. (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

Al entrar al calabozo, es este el recibimiento. (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

No supe elegir cuál de los uniformes usar (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

Imagen del calabozo (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

A cada uno de los visitantes que decide pasar la experiencia le impresiona este momento. (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

Los visitantes no han podido evitar dejar mensajes para los Cinco en la instalación (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

¿Alguién duda que así sea? (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)

Desde diversas partes del mundo han llegado los sentimientos. Esta es una imagen dle libro de visitas de la cárcel recreada (Fotos: María del Carmen Ramón/Cubahora)