Cuentos entre los adoquines habaneros

Por estos días de verano el bullicio en la noble Habana es mayor de lo habitual. A los andarines discípulos del doctor Eusebio Leal —Historiador de la ciudad de La Habana— se suma ahora un grupo de soñadores de Cuba y otras naciones de América Latina, quienes llenan las plazas y parques del Centro Histórico habanero con sus cuentos, ideas, risas, músicas, libros y alegría contagiosa.

Las historias tienen como base el folclor campesino de Cuba y Latinoamérica, los patakines del panteón yoruba, las leyendas de los antiguos antepasados que poblaron la América indígena.

Nombres como Samuel Feijóo o la propia Dora Alonso forman parte del repertorio de muchos narradores orales cubanos. Porque en la Mayor de las Antillas los cuentos de camino forman parte de la tradición oral de muchos pueblos de campo.

“Había una vez una culebra que se tragó a una luciérnaga porque no soportaba verla brillar”, contaba una trovadora pinareña rodeada de sus colegas que viajaron directamente a La Habana Vieja desde Guantánamo, Las Tunas, Holguín, Villa Clara, Matanzas, México, Perú, Argentina. Porque este encuentro hermana a los que practican el arte de la oralidad en Cuba y otras regiones del mundo.

Desde hace cinco años ya se ha hecho habitual en el mes de julio, y como saludo al Día de los Niños, que un grupo de cuenteros, a viva voz y retomando el arte de la juglaría y la trashumancia, cuenten sus historias a todo el que quiera escucharlas.

Y como los niños son los grandes protagonistas de esta fiesta de la palabra, este sábado 19 de julio un grupo de pequeños zanqueros, se unieron a Gigantería Habana para amenizar en horas de la mañana un pasacalle de cuentos por las arterias de La Habana Vieja.

A la narración oral en la Antilla Mayor se han dedicado, de manera profesional, personalidades de la cultura como Mayra Navarro, maestra de varias generaciones y que en este 2014 celebra cinco décadas de vida artística.

Otros nombres que no pueden dejar de mencionarse son los de Haydée Arteaga, conocida como la señora de los cuentos, quien a sus más de 90 años de vida continúa con su proyecto Haydée y los niños, así como Elvia Pérez, directora del proyecto Contarte.  

Por eso, en este 5to. Encuentro Internacional Cuentos para una Añeja Ciudad, se le rinde especial homenaje al primer grupo de narradores que apostaron por este evento y atraparon con una buena historia, adivinanza o canción a los transeúntes de La Habana Vieja.

Especial resultó entonces el concierto de música infantil "Una pataquita de vida", que ofreció en el patio de la Casa de la Obrapía, también este sábado 19, a partir de las 3 y 30 de la tarde, la trovadora mexicana María Eugenia Hernández (Maruca), dedicado a Haydée Arteaga, formadora de varias generaciones de narradores orales. Para la ocasión, Maruca regaló sus discos de música infantil a los niños que asistieron a la cita musical.

En la Casa de México recibirán el reconocimiento El arte de contar los narradores Emilio Lome, de México; Juan Carlos Pacheco, de Perú; Elvia Pérez, de Cuba; así como la Asociación Civil cuenteros y cuentistas de Ciudad de México.

"Cuentos para una Añeja Ciudad" fue idea del narrador oral Raymel Moreira, apoyado por Osvaldo Manuel Pérez, director general del evento y del grupo Teatro de la palabra.

“Yo quería un festival en las calles. Al principio muy poca gente respondió. Hoy el evento ha crecido porque cuando los cuentos se leen con pasión, adquieren otra dimensión”, comenta su director general.

En el año 2008 nació el proyecto Abre palabra —que forma parte del grupo Teatro de la palabra— con la intención de trabajar la música y el cuento en vivo, para fomentar la lectura y mejorar la ortografía a partir de dinámicas, juegos, canciones. La narración oral deviene así herramienta de la educación, la psicología y la pedagogía.

Por eso, encontraron un aliado en el Centro Terapéutico Cultural Atrapando Espacios, de México, y su directora Mónica Silerio, cuya labor está encaminada, precisamente, a estimular mediante la oralidad a niños autistas, síndrome de Down, con depresión y ansiedad. La máxima de Silerio es que arte, cultura, psicología y narración oral son armas fundamentales para el trabajo psicológico.

Muchos han sido los colaboradores durante este primer lustro de vida del evento: Víctor Rojas, la cantante María Victoria, Coralita Veloz, Irela Bravo.

No pueden dejar de mencionarse las instituciones que han acogido a este encuentro, como son la Casa del Alba Cultural, el Instituto Cubano del Libro, la emisora Habana Radio, la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, las casas de México y de la Obraría, el Centro de Teatro de la Habana y la Casa de la Comedia, sitios todos llenos de encanto y magia, donde se hace posible escuchar una buen cuento, bailar, cantar, convertirse uno mismo en narrador oral.

De hecho, ya el relevo está garantizado con las nuevas hornadas de infantes cubanos que, a través del arte de la palabra, atrapan al público diverso, plural y heterogéneo que asiste a estas contadas colectivas, donde está presente también el espíritu de Onelio Jorge Cardoso, nuestro cuentero mayor.