Cienfuegos también pudo llamarse Benny Moré (+Fotos)

Manos de todo el mundo desgastan el bronce. Le abrazan, le besan, le miran face to face, luego de soslayo mientras se arriman, lo liberan del hollín citadino para que refulja, y… ¡chis!… inmortalizan la imagen con el Bárbaro del Ritmo.

La escena suele repetirse constantemente: ¿This is Benny More? I want to take a picture with him; ¿Este es Benny Moré? Quiero tomarme una foto con él; C’est Benny More? Je veux prendre une photo avec lui; Este é Benny Moré? Querotirar uma fotocom ele... Y frotan la punta del bastón como tentando al genio, porque alguien les dice que trae buena suerte.

Incontables abrazos recibe Bartolomé Maximiliano Moré Gutiérrez. Pareciera que lo detuvieron en su paso por el prado más largo de Cuba, donde, excéntrico, difícilmente pasa inadvertido. Quienes no lo conocen, preguntan por el personaje de la estatua de bronce, que parece caminar, parece escucharse cuando a solo unos metros, el Bulevar entona sus canciones cada una hora. 

Y desde el mismo sitio donde se erige como imagen casi de carne y hueso, simula un viaje hacia Santa Isabel de Las Lajas, rincón querido que logró conocerse mejor gracias a uno de sus temas. Allí nació hoy, otra vez nació como hace 95 años, y hasta sus restos marchan cientos de personas, cientos de flores que descansan en su tumba declarada Monumento Nacional en el 2009. Llegan luego de un peregrinar cabizbajos porque aún tiene edad para vivir. Aún vive.

Suenan los tambores Makuta, el ritmo de Rindinga mueve los pies y el cuerpo, y con albahaca colgando de las orejas, los lajeros bailan y cantan en el Casino Congo de esa localidad, devenido casa de libertad espiritual y aché del músico. Todavía quedan huellas de sus primeros pasos, y hoy, bajo la bendición de San Antonio de Padua como patrono del templo, aún anda Benny por allí, seguro.

“Nos sentimos honrados de que sea de nuestro terruño, porque aunque es reconocido en toda Cuba lo sentimos más nuestro. Por eso le cantamos, lo adoramos, lo estudiamos y veneramos desde cualquier rincón de este municipio”, manifestó María Elaine Hernández Sosa, directora del grupo folklórico Makuta.      

Hasta el museo municipal llegan visitantes, y Francisco Cruz Veloz (Pancho), solícito, los recibe con esa capacidad enciclopédica cuando invita a recorrer la vida del Sonero Mayor. Llegue y conózcalo en sus objetos, escrituras, ropas, cuadros, esculturas, anécdotas, ocurrencias, en sus pentagramas.             

“A propósito de la fecha, en nuestra institución desarrollamos el habitual festival de música campesina Te espero en mi conuco, se realiza una exposición de obras artesanales relacionadas con el Benny y su huella en este municipio”, explicó Pancho. A su vez, agregó que el grupo de mariachis Galanes Aztecas regalará su música en un concierto en la Plaza, cuyo nombre honra al Sonero Mayor. Al mismo sitio llegará David Álvarez y Juego de Manos, para cerrar las celebraciones durante la noche.

“Cada una de estas actividades, así como historias, datos, curiosidades relacionadas con el Benny, las difundimos a través de nuestra radio base a partir de las 9 de la mañana”, acotó Pancho.

Mediante esas mismas bocinas, dispersas por gran parte de la calle Real, deambula la sonoridad de este inmenso de la música cubana. Y en las calles andan los de allí, allá y acullá tarareando la contagiosa letra, pródiga, por el talento desenvainado en el afinado oído musical y esa voz armoniosa de donde germina el sabor a cubano en cada verso.        

Por estos días recordamos más que nunca lo bien que baila Castellano, lo bonito y sabroso en el mambo de las mexicanas, el Dolor y Perdón de sus historias de amor, y agasajamos a Cienfuegos, que engorda su orgullo con la dicha de erigirse como la ciudad que más le gustó al también conocido como el Príncipe del Mambo.

“Durante este período se habla mucho del Benny, y siempre hay algo nuevo que conocer o interesante que recordar, pero te diré algo, yo siempre lo escucho y me sé casi todas sus canciones: ‘Te quedarás, porque te doy cariiiiño…’ esa me encanta”, refirió Cira Arce Macías, habitante de Cienfuegos.

En la capital provincial igualmente reviven al “Bárbaro del ritmo” en sus 95. En esta ocasión le dedicaron el VI Encuentro Internacional de Rumba, Timbalaye 2014, organizado por el proyecto Trazos Libres, donde logran una suerte de confluencia folklórica entre las artes pláticas, la música y el baile.

Por su parte, el proyecto Sendas, organizado por la Oficina del Conservador de la Ciudad, enrumbó su recorrido de fin de semana hacia Santa Isabel de Las Lajas, para redescubrir sus riquezas patrimoniales, muchas de ellas hilvanadas con la figura del artista.

Cubanos y foráneos preguntan por el Benny, cómo pueden encontrar su música o la escultura a donde todos llegan a admirarlo, besarlo, dejarle flores, fotografiarse… “Llegó un amigo y me enseñó un disco de este músico, y la verdad que sonaba muy bien su banda. Entonces no podía dejar de visitar su estatua y llevarme recuerdos de sus temas e historia”, refirió el canadiense Mark J. Tolder.

Asimismo, anda por la urbe otra figura inmóvil ¿también de bronce?, que nos trae al cantante de vuelta, mas, en un instante logra moverse, saluda, y experimentas la fugaz sensación de conocerlo en persona; simulas creerlo mientras pides una foto al lado del Benny representado en una de las estatuas vivientes del grupo de teatro callejero El Carro de Thespis.

En la Perla del Sur existen huellas del sonero por doquier; desde el nombre de una discoteca donde no se reverencia mucho su figura, hasta el de una escuela de arte como menuda ironía para un compositor que nunca recibió lecciones de academia. Aún conservan sus melodías en los archivos de la radio, la televisión, y su música logra desdoblarse en otros ritmos, y la advertimos en bandas de conciertos, o renaciendo en las flautas de la orquesta Diadema, e incluso, imbuida en la tendencia actual de música electrónica fomentada por el proyecto Viva.

De diversas maneras reside el Bárbaro del Ritmo en este territorio al centro sur de la Isla, porque él influye en que La Linda Ciudad del Mar logre catapultar su nombre fuera de las costas cubanas. Oficialmente vino al mundo un día como hoy de 1919, pero nace todos los días en la ciudad que más le gustó, en este Cienfuegos que también pudo llamarse Benny Moré.