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sábado, 23 de noviembre de 2024

Carne viva sobre las tablas

El grupo Teatro Aire Frío regresa al proscenio. Esta vez Eduardo Eimil, su director, ha apostado por una comedia de género...

Odette González Villaescusa en Exclusivo 11/08/2014
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Celia trabaja en una gasolinera y Herminia en un hotel; ambas sufren los maltratos de sus jefes. En torno a estas dos jóvenes, sus anhelos, frustraciones y conflictos, marcados por una sociedad falocéntrica, gira la puesta en escena del grupo Teatro Aire Frío, recién estrenada en la capitalina sala Adolfo Llauradó.

El grupo Teatro Aire Frío, que se inició con la comedia Desnudas, surgió en el 2010 gracias a la Beca de Creación Teatral Rolando Ferrer, que otorga el Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Su director, Eduardo Eimil, graduado de Dirección Teatral en el ISA (Instituto Superior de Arte) y de Dirección de Cine en la EICTV (Escuela Internacional de Cine y Televisión), guionista del filme Esther en alguna parte de Gerardo Chijona, obtuvo en 2003 el premio al Mejor cortometraje de ficción en el Festival de Cine Pobre de Gibara con “La maldita circunstancia”, y Premio de Dirección, Guión y Gran Premio de ficción a la mejor obra en el Festival de Cine y video, Santa Fé (Argentina).

Ahora Eimil vuelve a hacer gala de sus dotes como director escénico con esta representación de Carne viva, en la que alternan en el papel de Herminia las actrices Alina Molina y Gleibis Conde y en el de Celia, Maité Galbán y Karla Menéndez, sobre las que refiere:

 “El trabajo con las actrices ha sido maravilloso. Tuvimos muchos ensayos y un proceso largo de investigación e improvisaciones. Y con todo eso hicimos “acumulaciones”, como se conoce en el teatro; y muchas están presentes en el montaje.

Con Gleibis y Maité tenía una larga trayectoria de años, porque fui su profesor. Pero con Alina y Karla es la primera vez que trabajo. Ha sido un proceso muy bonito, de tiempo, porque estamos en un momento en que es difícil trabajar teatro, sobre todo por lo que pueden dificultarse los recursos. Siempre he trabajado más con mujeres que con hombres porque creo que tienen mayor facilidad para apropiarse de emociones, sentimientos; claro, que puede ser una apreciación mía”.

Herminia y Celia tienen muy diferente temperamento, pero ante la necesidad de identificarse con sus impaciencias y fracasos, de extrañas en un tren se convierten en dos amigas refugiadas en una conversación circular con cabida en cualquier latitud.

Mientras las protagonistas intentan desentrañar la esencia de su existencia, las actrices demuestran un histrionismo capaz de mantener al público atento a una representación construida desde el diálogo, con una escenografía minimalista, y donde la narración no es aristotélica, no cuenta una historia con un hilo conductor muy visible ni los personajes se afanan en sortear obstáculos para alcanzar objetivos.

Es una obra episódica, fragmentada. “Y este estilo exigía que buscáramos soluciones para que el montaje no fuera aburrido, sobre todo en los momentos en que el ritmo tiende a bajar”, explica Eimil.

Uno de los recursos utilizados para dinamizar la puesta es la música en vivo (bajo eléctrico, guitarra eléctrica y percusión) y las intervenciones de la talentosa cantante Dallayti Martín, que se mueve con soltura de un género musical a otro. Al respecto, Eduardo Eimil comentó que “las canciones fortalecen la dramaturgia espectacular. Por ejemplo, el rock and roll se caracteriza por su sonoridad fuerte, por su sentido de la libertad, y esta obra habla de mujeres que se liberan o que necesitan liberarse de las ataduras. Termina con una versión de “I will survive”, popularizada por Gloria Gaynor, que es un himno de la cultura femenina”.

Carne viva es una adaptación de “Creo en Dios”, texto de los dramaturgos españoles contemporáneos Francisco Sanguino y Rafael González. “Desde el primer acercamiento al texto nos gustó, refiere el director. Era de pequeño formato, solo con dos actrices. La adaptación pasó por muchas etapas y las más importantes son la actualización y la contextualización; aunque sin explicitar elementos ceñidos a Cuba; más bien se aprecia en la forma de hablar de las actrices”.

Carne viva, obra de género, o mejor, de homenaje al género femenino, se repondrá a partir del martes 9 de septiembre, durante 4 semanas, también en la sala Adolfo Llauradó, a las 6 de la tarde.


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Odette González Villaescusa

Se han publicado 1 comentarios


Abel Trujillo desde FB
 12/8/14 9:22

 El teatro en Cuba es una de las mejores manifestaciones del progreso que ha logrado la revolución cubana y allá los espectáculos tienen una asistencia masiva , no como en estos países , como Colombia que sólo pueden ir los adinerados porque los boletos son muy costosos .

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