Cuando en el año 1993 el país se retorcía en medio de la crisis económica, 25 locos quisieron no dejar de hacer teatro…
“Y fuimos locos y nos lanzamos a los parques, a las calles, a espacios no convencionales para saciar de alguna manera esa necesidad creativa que no nos abandonaba…Y así surgió Teatro Pálpito, hoy con 23 años y con un espíritu de trabajo intenso”.
-¿Eras el menos loco de todos y por eso eres el director?
-Parece que sí. Para ser líder hay que nacer con el don para serlo, y yo provengo de la actuación, había escrito -¡modestia, apártate!- buenos guiones, y los demás me seleccionaron para dirigirlos…y yo feliz.
Ariel Bouza es feliz al cabo del tiempo “porque la vida me ha dado más de lo que pensé que merecía, y Pálpito ha sido parte de esas sorpresas”.
-¿Complacido entonces con el palpitar de estos 23 años?
-Profundamente complacido. El nombre del grupo viene del verbo palpitar, y del pálpito que significa presentimiento…Nos interesa trabajar así, con el corazón, y palpitar siempre en la escena…Sentir ese susto grande cuando se descorren las cortinas, y sentirse reconfortado con el aplauso del público
“Teatro Pálpito nunca se ha detenido, y se ha transformado con el tiempo, sin perder su esencia. Palpitamos todo el tiempo, trabajamos con el corazón en la mano, y me complace tener, además, a actores que llevan 14 años, 8, y 7 trabajando en el grupo...La permanencia es muy difícil, sobre todo en La Habana, donde se tienen tantos caminos para elegir”.
-Actúas en casi todas tus obras… ¿Cómo te las arreglas para actuar y dirigir?
-Aprendí con el gran maestro Vicente Revuelta a usar un doble y solo en los ensayos generales asumo mi rol. A mí nadie me puede negar que actúe porque de ahí nací. De todos modos el teatro es colectivo y todos podemos sugerir. El actor no es una marioneta… él también opina, piensa y aporta a la obra…
-Es el actor quien salva o no un error en una función…
-El actor es el centro del teatro. Como campeón provincial de ajedrez que fui te digo que el actor es como el rey de ese juego…Pueden desaparecer todas las fichas pero es él el que le da sentido a la partida…
-¿Tendremos próximos estrenos de Pálpito?
-Trabajamos en el estreno en junio de Los tres pichones en décima guajira, a partir del cuento de Onelio Jorge Cardoso, y en mayo tendremos La derrota, una puesta en la que uno de los más jóvenes de la compañía se estrenará como director, y combinará la danza y el teatro.
-De tu experiencia como profesor…
-Pudiera contarte un montón de anécdotas porque con los alumnos se está aprendiendo todo el tiempo y ese proceso es enriquecedor y necesario para la creación. De los tres tipos de maestro que existen: el flojo de carácter al que nadie le hace caso, el fuerte de carácter al que le tienen miedo y el que todos quieren y respetan, yo trato de ser este último, y me alegra que muchos quieran sumarse al grupo y terminar de formarse con nuestra estética. El actor necesita transitar por todos los géneros porque es la única manera de crecer como ser humano y como artista, y Pálpito trabaja el teatro para niños, para jóvenes y dramático.
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