A las tablas en Camagüey

Cuando se piensa en Camagüey enseguida vienen a la mente jornadas interminables donde el principal incentivo es ver las mejores puestas en escena que se han presentado en todo el país durante los dos últimos años. No en balde la Ciudad de los Tinajones hace mucho tiempo ha sido calificada como “la mejor plaza para la mejor obra”.

Desde hace más de tres décadas, el Festival Nacional de Teatro ha propiciado el nacimiento de un público fiel, culto y con el ojo entrenado para captar las disímiles miradas que ofrece cada propuesta en cartelera.

Del 6 al 14 de octubre el arte escénico en todas sus manifestaciones tomará por asalto calles, plazas y salas durante la celebración del 17 Festival Nacional de Teatro de Camagüey (FNTC) 2018, un evento que esta vez rendirá homenaje al aniversario 150 de los sucesos del teatro Villanueva y, por tanto, a los hechos relacionados con el inicio de nuestras gestas independentistas.

Tal como manifestó Rafael Pérez-Malo, vicepresidente primero del Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE), en un encuentro con la prensa, el teatro actual está “en total sintonía con su tiempo, defendiendo conquistas y haciendo realidad nuestros sueños”.

Diversas perspectivas, inquietudes artísticas y estéticas mueven a los teatristas del patio, hombres y mujeres capaces de hacer espectáculos perfectibles pero vivos y que dialogan con el aquí y el ahora.

Las obras en exhibición son pocas, en total 32, pero obedecen a ese criterio curatorial del comité de selección. Este año se podrán apreciar siete puestas de teatro familiar (infantiles), 16 de teatro para adultos, seis en calidad de escena en desarrollo y otras dos opciones de una ciudad en festival. La apertura correrá a cargo del Centro Promotor del Humor que en los últimos tiempos ha dado algunos pasos para incorporar a su catálogo a artistas con propuestas interesantes y que muevan a la reflexión.

Una muestra de la alta convocatoria que todavía tiene el FNTC es que participan grupos de doce provincias, con excepción de Sancti Spíritus, Mayabeque, Artemisa y la Isla de la Juventud, que no estarán representadas en la cita. De La Habana se extrañan propuestas de grupos emblemáticos como Teatro El Público, El Ciervo Encantado y Argos Teatro.

Un total de 271 artistas de toda la ínsula, 45 provenientes de la tierra de Ignacio Agramonte, inundarán las 15 sedes del festival. A las conocidas plazas, parques y salas se suma ahora la Casa de la Trova. En las noches volverán las conversaciones, las fiestas y reuniones en el Café El Potro.

Como ya se ha hecho habitual en las últimas entregas, el Centro de Convenciones Santa Cecilia acogerá los lanzamientos de libros, revistas y la muestra de audiovisuales, así como las sesiones del evento teórico donde, esta vez, el historiador Ernesto Limia participará con una intervención especial a propósito de nuestras luchas por alcanzar la independencia del dominio colonial español.

La joven crítica de teatro, Isabel Cristina López Hamze, destacó algunos momentos importantes del evento teórico, como la presentación de un texto de Melinda López, dramaturga norteamericana de padres cubanos; el panel Pasado y Presente del Instituto Internacional del Teatro (ITI), moderado por el maestro Carlos Celdrán, quien preside el Centro Cubano de esa organización y, un tercer panel donde el profesor y crítico teatral, Eberto García Abreu, mostrará los resultados de la primera Maestría en Dirección Escénica organizada por la Universidad de las Artes.

Momentos para la reflexión y el intercambio entre la crítica especializada, varias generaciones de teatristas y noveles directores, aún en búsqueda de una poética propia, es el proyecto Zona en Progreso: nuevos rostros del títere cubano, que promueve Rubén Darío Zalazar, director de Teatro de las Estaciones de Matanzas, con la intención de visibilizar un arte escénico joven y en desarrollo.

Una práctica del CNAE en sus últimos eventos ha sido la realización de un segmento que lleva por título Expuestas, que consiste en el desmontaje, ante el público, de una puesta en escena una vez finalizada su representación.

Así se vislumbra el panorama del festival de Camagüey el lugar donde muchos teatristas contribuyen al pensamiento en torno al pasado, el presente y el futuro del teatro cubano.