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viernes, 22 de noviembre de 2024

Ellas y las academias de ciencias (+ Infografía)

Cuba tiene la mayor participación de mujeres en academias de ciencias en el mundo…

Rosmely Alvariño Alvarez en Exclusivo 25/10/2016
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A pesar de ser una pequeña nación, Cuba exhibe números envidiables en cuanto a equidad de género. La esperanza de vida al nacer de las cubanas es de 80,45 años; la tasa de mortalidad materna directa es solo de 21,4 por cada cien mil nacidos vivos, una de las más bajas del mundo; representan el 48 % del total de las personas ocupadas en el sector estatal civil y el 46 % de los altos cargos de dirección; el 78,5 % del personal de salud, el 48 % del personal científico y el 66,8 % de la fuerza de mayor calificación técnica y profesional.

Esta es precisamente la obra de la Revolución cubana que desde sus inicios se propuso la igualdad de la mujer en todos los ámbitos y niveles de la sociedad. Mientras que la representación femenina en las academias nacionales de ciencia son todavía muy bajas a nivel mundial, Cuba puede presumir de tener la mayor participación de mujeres en este tipo de institución. Así se dio a conocer en febrero de 2016 en el reporte “Las mujeres para la ciencia: inclusión y participación en las Academias de Ciencias”, realizado con el apoyo de la Red Global de Academias de Ciencias (IAP) y publicado por la Academia de Ciencias de Sudáfrica (ASSAF).

El documento, conformado mediante la aplicación de encuestas en diversas partes del mundo como América del Norte, América Latina y el Caribe, revela que del total de 69 academias nacionales de ciencia, 30 contaban con una participación de mujeres menor o igual al 10 %, mientras que la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) encabeza la lista con un 27 %.

La institución cubana tiene entre sus objetivos contribuir a la elevación del papel de la ciencia en la cultura nacional y a la difusión del método científico en la sociedad, así como promover el reconocimiento a científicos y colectivos destacados. Es por ello que cada año se entregan los Premios Nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba a los mejores resultados de la investigación científica del país. En estos logros ha tenido mucha implicación la obra de la doctora Rosa Elena Simeón Negrín, primera mujer que ocupó el cargo de presidenta de la Academia de Ciencias de Cuba. Sobre su papel como mujer de ciencias, Cubahora conversó con la doctora Lilliam Álvarez Díaz, secretaria académica de la ACC.

“Rosa Elena predicó con el ejemplo, con su alta talla como científica, a las que muchas le debemos nuestro crecimiento profesional y como cuadros al servicio del país. Yo me considero su discípula y trato cada día de que no se olvide su memoria y subrayarla como una mujer hacedora de ciencia, que contribuyó grandemente a concretar las ideas de Fidel para que Cuba siguiera siendo un país de hombres de ciencia.

”Fue una promotora de ejecutivos femeninos. Me decía en una entrevista que tuve la oportunidad de hacerle para una investigación que cuando una mujer ocupa un cargo de dirección ella misma se encarga de promover a otra”, y no solo lo dijo, sino que lo hacía en su trabajo de dirigente sistemáticamente. Así contaba con muchas mujeres en su equipo y consejo de dirección, primero de la Academia y luego del CITMA”.

Que Cuba ostente hoy tales cifras a nivel mundial es gracias a mujeres como Rosa Elena Negrín y al gobierno cubano, que comprendió que un cambio profundo en la sociedad no era posible sin la incorporación plena de la mujer a todas las esferas de la actividad socioeconómica. Y todo ello en medio de un férreo e injusto bloqueo económico, comercial y financiero que ha persistido por más de 50 años y que incide en el rigor y dureza de la vida cotidiana de todos los cubanos, y en particular de sus mujeres.

La cruel política estadounidense ha provocado afectaciones en el sector científico cubano en los últimos años por un valor de 1390 millones de dólares. Según se denunció en junio de 2016 en el Informe de Cuba sobre la resolución 70/5 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, las restricciones impiden la adquisición en otros países de equipos de fabricación estadounidense.

Otras de las limitaciones son las consecuencias de la negativa de visas a científicos cubanos para asistir a eventos internacionales en Estados Unidos, la prohibición de publicar resultados de investigaciones en revistas científicas de ese país, del intercambio académico, y de la comercialización de productos de alto valor agregado, como vacunas humanas y veterinarias.

Para la científica Liliam Álvarez Díaz, una de las principales afectaciones del bloqueo para el quehacer científico es el poco acceso a la literatura. “Algo de lo que se habla poco es de la falta de revistas de las diferentes ramas de la ciencia, de las que se publican en EE. UU. que continúan sin estar disponibles para la comunidad científica cubana. Los científicos cubanos hemos sido muy creativos para solventar esa falta de literatura y también software especializado”.

Los ejemplos de las afectaciones del bloqueo al sector científico son diversos y muestran que esta política, aun cuando encuentra rechazo a nivel mundial, provoca grandes daños económicos y materiales, pero que no han sido suficientes para limitar el desarrollo de la ciencia en Cuba.

 

 

 


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Rosmely Alvariño Alvarez


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