//

viernes, 22 de noviembre de 2024

Celebrar por la capa de Ozono, protegerla para el futuro

Cuba tiene un sistema de alerta para contribuir a la protección de los cultivos contra los efectos negativos de gases contaminantes...

Claudia Esther Dupeyrón García en Exclusivo 16/09/2016
0 comentarios

El cuidado de la capa de ozono es uno de los objetivos principales de cada protocolo internacional relacionado con la protección del medio ambiente. Los efectos negativos del agujero abierto por la actividad del hombre en la capa han desencadenado un grupo de acciones en pos de impedir que continúe su expansión, pues esa frágil cubierta protege a la Tierra de las influencias nocivas de los rayos solares y resguarda todas las formas de vida en el planeta.

El ozono estratosférico, es decir, en los niveles altos de la atmósfera, es un filtro de protección contra las radiaciones solares. Sin embargo, el ozono troposférico o en superficie resulta ser un contaminante con graves impactos en la salud pública, la agricultura y el medio ambiente en general. El ozono O3, también conocido como ozono malo, es producido fundamentalmente por las emisiones de gases de los vehículos.

Cuba no se queda fuera de las iniciativas internacionales por reducir el efecto de estos gases y ha puesto en práctica un sistema de alerta temprana (SAT-O3) para proteger los cultivos de la incidencia negativa del ozono troposférico (O3). Este mecanismo se lleva a cabo de forma multidisciplinaria por el Instituto de Meteorología (Insmet), la Empresa de Seguros Nacionales (ESEN), la Empresa Comercial Tabacuba, y el Centro Nacional de Sanidad Vegetal. Cada una de estas instituciones juega un papel clave en el funcionamiento del SAT-O3.

El creador del sistema y director del Grupo Multidisciplinario de Ozono del Insmet, Jesús Ramírez, refirió recientemente a los medios de comunicación que SAT-O3 está diseñado para avisar, con cinco días de antelación, a través de un mensaje de texto a estas instituciones y luego a los agricultores, sobre las zonas más contaminadas por ozono troposférico, lo cual permite a los campesinos proteger sus cultivos.

“Antes de poner en marcha SAT-O3 en áreas agrícolas cubanas, se observaban impactos negativos en varias plantaciones, causados por el O3. En los años 90 se perdían cerca del 73 % de las cosechas de ajo, y la industria tabacalera sufrió daños en 2 500 hectáreas (ha)”. SAT-O3 está avalado por la Organización Mundial de Meteorología y ha sido implementado en varios países de la región como: Panamá, Venezuela y México.

Según explica Ramírez, las emisiones a la atmósfera de dióxido de carbono (CO2) son responsables de un 55 o 60 % de los forzadores radiactivos antropogénicos. Se les llama antropogénicos porque son resultado de la actividad de los seres humanos o producto de esta.

Mitigar de manera agresiva y rápida las emisiones de dióxido de carbono, resulta entonces esencial en la lucha contra el cambio climático, recalcó Ramírez. Pero esta mitigación debe combinarse también con reducciones rápidas y agresivas de otros contaminantes, responsables del 45 % del calentamiento, como el carbono negro (hollín) y los Cloroflurocarbonados (CFC’s).

UN DÍA PARA CELEBRAR

Con el tema: “El ozono y el clima, recuperados por un mundo unido” y el lema “Trabajando hacia la reducción de los HFC, contribuyentes al calentamiento global, bajo el Protocolo de Montreal”, el mundo celebra hoy el Día Internacional por la Preservación de la Capa de Ozono. Este año, la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconoce los esfuerzos colectivos en la Convención de Viena y el Protocolo de Montreal hacia la restauración de la capa de ozono, durante las últimas tres décadas, y el compromiso global para combatir el cambio climático.

Informes de esta organización señalan que como resultado de las labores internacionales, la capa de ozono se está curando a sí misma y se espera que se recupere a mediados de este siglo. Además, durante los 20 años del Protocolo de Montreal, este ha contribuido significativamente a la mitigación del cambio climático, al evitar la emisión de más de 135 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono a la atmósfera.

Según la ONU, cada año se pierden entre 11 y 26 billones de dólares a causa de los daños en plantaciones de trigo, soya, arroz y maíz. Para el 2030, la suma aumentará a 35 billones de dólares.

El dióxido de carbono es el contaminante del aire que más daño causa a los bosques, los cultivos agrícolas y la vegetación en general. Influye en la aparición de plagas y enfermedades en los cultivos agrícolas y los bosques.


Compartir

Claudia Esther Dupeyrón García

Pinareña y Periodista siempre


Deja tu comentario

Condición de protección de datos