viernes, 3 de mayo de 2024

Entre la moral y la razón

¿El fin justifica los medios?...

Laydis Soler Milanés
en Exclusivo 18/11/2019
1 comentarios
Portada Crimen y Castigo
La novela muestra que no todo es en blanco y negro, va más allá de personajes estereotipados(Foto: Amazon)

Raskolnikof parecería un estudiante común en el San Petersburgo de la Rusia Imperial. Quizás más pobre que el resto, y miserable en otros sentidos. Vivía en un cuarto pequeño, más bien sobrevivía en una desgana total.

Al menos esta es la primera imagen que nos da Fiódor Dostoyevski del personaje principal de su novela “Crimen y Castigo”. Poco después descubriremos que Rodia, como también le dicen al protagonista, tiene un plan basado una valoración moral que se ha construido a sí mismo: él es un ser superior y en pos de ganar éxito a favor del bienestar general puede actuar sin remordimientos.

 Su idea, pensada hasta el detalle, la lleva a la acción mediante un crimen, que cree justificable y así lo racionaliza en sus momentos de duda, miedo y reflexión.  

En esta, de las más conocidas novelas rusas, el narrador omnisciente contará la historia mayormente a través del punto de vista de Rodia, quien tiene un fuerte debate psicológico.

Mientras eso sucede el joven se verá enredado en la vida de otros personajes, que juntos recrearán la sociedad de San Petersburgo. Dostoyevski  se adentra en la diferencia de clases, sobre todo en la vida de los pobres, y también refleja cómo influye la sociedad en el devenir del ser humano, en su conducta.

Rodia tendrá que lidiar con Marmeladof, funcionario desempleado y borracho,  y su familia, incluida su hija Sonia, que a pesar de ser prostituta es llevada a una imagen santificada de nobleza y abnegación. También relevante será  la propia familia del protagonista, en especial su hermana, y el policía que lo persigue.

La novela muestra que no todo es en blanco y negro, va más allá de personajes estereotipados. Al contrario, son precisamente sus luces y sombras, aquello que esconden, piensan y las justificaciones que crean para sí mismos y para el mundo, los que los vuelve más reales.

 Existe además cierta dualidad debido a las creencias religiosas del autor. Por una parte, está Rodia, ateo e intelectual, pero sin buenos valores; y por la otra está Sonia, creyente y poco instruida, pero con gran corazón. En la obra Dostoyevski insiste en la idea de que no hay moralidad sin la salvadora fe en Dios, dada también por el miedo a una sociedad cambiante que dejaba atrás la religión.

Sin embargo, la obra va más allá de esta creencia y defiende la humanidad del hombre hasta en sus momentos más irracionales.

Descargue el libro aquí (archivo comprimido de 290 KB)


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Laydis Soler Milanés

Periodista, amante de la literatura y de la buena música.

Se han publicado 1 comentarios


JD
 19/11/19 21:29

Uno de los tres grandes de la literatura rusa, junto con Chejov y Tolstoi. Personalmente los prefiero con mucho a los realistas franceses, aunque es cierto que para leer a Dostoievski hay que tener el animo  "arriba", porque si no te deprime completamente. Claro que tener esa influencia sobre el lector es signo de maestría. Un gustazo.

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