El viejo y el mar (+pdf)

Hacía 84 días que Santiago regresaba de la mar sin nada.  No lograba pescar y su ayudante el joven Manolín, tuvo que abandonarlo. El viejo, como lo llamaban, decían los vecinos que tenía mala suerte, que estaba salao, y los padres del joven lo obligaron a partir en un barco con mejor fortuna.

Aunque Manolín lo abandona en las travesías, se preocupaba por su mentor y lo ayudaba  de otras formas. Era su más fiel amigo, quizás el único.

El viejo, era un hombre solitario, de historias extravagantes,  y acostumbrado a la vida dura de los pescadores. "Cada día es un nuevo día", decía y se ponía a esperar cada jornada en el mismo sitio a que apareciera un gran pez.

Su dedicación fue recompensada, un marlín muerde su anzuelo y comienza el duelo entre ambos seres en medio del mar Caribe. El pez no sale a  la superficie y no se deja capturar, el anciano no cesa en su intento, a pesar de que la criatura prácticamente arrastra su pequeño bote.

Pensaba: "Es maravilloso y extraño, y quién sabe qué edad tendrá. Jamás he cogido un pez tan fuerte, ni que se portara de un modo tan extraño". El viejo en su soledad admira a su adversario y decide no rendirse: " le demostraré lo que puede hacer un hombre y lo que es capaz de aguantar."

Solo existen Santiago y su objetivo: pescar el pez y llevarlo a casa, alcanzar esa victoria sobre la naturaleza, mostrar esa  perseverancia en su pequeño mundo constituido por un pueblo costero y el mar inmenso, símbolo para los marineros tanto de vida como de muerte. 

Ambientada en la Cuba de los años cincuenta, "El viejo y el mar",  novela corta de Ernest Hemingway, muestra la capacidad de resistencia del ser humano bajo el peso de la voluntad, su sentido de lucha y necesidad de ir más allá en sus aspiraciones. 

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