jueves, 2 de mayo de 2024

Así hablamos (XXII)

Un enorme vocabulario, en nuestro segundo deporte nacional...

Argelio Roberto Santiesteban Pupo
en Exclusivo 15/12/2018
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Lengua-Cubiche
Mi gente tiene una lengua... (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Todo el mundo lo sabe: la jerga cubana en torno al dominó es abundantísima, desbordante, rica a más no poder.

Empezando por los “palos” o números que las fichas muestran.

Así, “blanco” puede ser “Blanquizal de Jaruco”. “Uno”, “la puya”. Dos”, “duquesa”; “Tres”, “Teresa”. “Cuatro”, “Catuca”. “Cinco”, “sin cola”. “Seis”, “se hizo de noche”. “Septiembre”, “siete”. “Ochoa”, “ocho”. “Nueve”, “Nuevitas, puerto de mar”. (Por sólo mencionar algunos ejemplos).

Si les propinamos a los contrincantes una soberana paliza, sin que hayan triunfado en ningún partido, les dimos una “pollona”.

El doble nueve —ficha fatídica— es “la caja‘e muerto”.

“Dar agua” consiste en revolver las fichas sobre la mesa, antes de comenzar un partido.

Llamamos despectivamente “botagorda” al jugador inhábil, cuya única estrategia consiste en aligerase de tantos.

Existe “el teléfono”. Es una táctica —desaprobada por la ética de ese deporte— por medio de la cual se pasan información los dos compañeros de juego. Previamente, se han puesto de acuerdo, en cuanto a un lenguaje cifrado. Así, por ejemplo, rascarse la oreja izquierda significa “estoy blanco”, o sea, tengo pocos puntos en mis fichas. O comentar “Qué linda está la tarde” quiere decir estoy “fallo” —carente de fichas— en cuanto al seis.

En nuestra jerga dominosera, se nombra “meter forro” a la trampa de quien coloca una ficha que “no cabe”, o sea, que carece del número en que culmina la sucesión de fichas que en ese momento se despliegan en la mesa. Claro, la treta se ejecuta en espera de que los contendientes no la adviertan.

También se ha llamado “forro” —o “chivo”—, en la jerga estudiantil, a las notas que se llevan ocultas a un examen, para actuar fraudulentamente.

Pero ahí no termina la cosa, que también trascendió al dominó en otro campo, más escabroso.

Pues se dice que es un “forro”, o unmuchacho apunta´o”, el que no es hijo del esposo de la madre, sino fruto de adulterio.


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Argelio Roberto Santiesteban Pupo

Escritor, periodista y profesor. Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1983 con su libro El habla popular cubana de hoy (una tonga de cubichismos que le oí a mi pueblo).


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