sábado, 21 de septiembre de 2024

Burocratismo y espagueti

Esta nota está inspirada en una definición que compara el burocratismo con una comida cuyos orígenes se pierden entre Italia, China y otras naciones asiáticas...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 14/09/2018
3 comentarios
Burospaguetti
Espagueti viene del italiano, spaghetti; y Burocracia del francés bureaucratie, cuya raíz es bureau, oficina (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Después de El burocratismo no muere en laberintos publicado el viernes anterior, estaba previsto retomar el tema de la década de los 70 del siglo pasado, y señalar algunos antecedentes de la asignación actual de dinero tipo CUC a trabajadores de unas pocas entidades para que almuercen.

Pretendíamos referirnos también a los comedores obreros cuyo precio generalizado se mantiene en 50 centavos no convertibles, aunque en muy escasos centros hay, además, menú opcional cobrado sin subsidios o menos subsidio.

Íbamos a contar anécdotas de aquellos bonos que existían aún en 1972 por un valor de 3,50 no convertibles (por supuesto), así como un peso para el desayuno y cinco destinados al hospedaje que sí había que justificar, es decir, presentar una constancia del pago del alojamiento.

En esos años, tanto la pizza como el espagueti, napolitanos ambos, costaban 1,20 cada uno, por lo cual después de pagar 2,40, quedaba 1,10 para refrescos o postre, no bebidas alcohólicas. Conste que el gramaje o tamaño de las raciones superaba a los actuales.

Una vecina que pide el anonimato leyó El Foro de la semana pasada y dijo que el burocratismo es algo así como un plato de espaguetis después que se revuelve en salsa: no hay quien pueda determinar cuáles son las dos puntas de cada uno.

Como de todos modos la anécdota iba a girar sobre los espaguetis que se podían comprar con aquellos bonos de dieta de 3,50, y teniendo en cuenta que siempre han existido los excesivos mecanismos para tramitar algo sobre un buró o desde un buró, en los próximos párrafos va el texto previsto, pero con ligeras variaciones.

Cuando se empezó a hablar de cerrar comedores obreros y entregar dinero del tipo CUC para los almuerzos, hubo quienes planificaron sumar esa cifra al salario, algo que en la década de los 70 no podía siquiera soñarse porque el bono (lo mismo para consumir dentro que fuera de la localidad donde estuviera enclavada la entidad) solo servía para gastos alimenticios en un restaurante.

También daban un peso por cada día de trabajo para el desayuno, y aunque nunca lo vi escrito en ningún reglamento, hubo administraciones que le adjudicaron la función de pagar pasajes, lo cual era perfectamente posible dado lo realmente asequible que fueron los precios del año 1972, tanto los anteriores como los siguientes cercanos.

Esos cien centavos tenían un alcance adquisitivo que no poseían los bonos, por lo que un peso diario en el mes eran 26 pesos, suficientes para ir en avión de Santa Clara a La Habana y tener 6 pesos para otros gastos.

En aquel entonces era común alguna que otra invitación a almorzar en el centro de trabajo visitado, por lo cual quedaban bonos para darlos dobles en una cena nocturna, pues se podía pagar hasta con dos, que cubrían ampliamente un escalope de cerdo empanado a caballo en el capitalino restaurante El Polinesio, en los bajos del hotel Habana Libre.

En el segundo mes laboral de mi vida, septiembre de 1972, sobraron bonos que reintegré a la Administración. La sorpresa: Por cada dos devueltos, tenía también que entregar el peso de desayuno porque se sobrentendía que no comí por no haber trabajado.

Por suerte, no había cómo descontarnos ni un día, pues en ese año los periodistas cobrábamos en las oficinas bancarias por chequera, junto a los jubilados que miraban asombrados las abultadas cantidades de entre 200 y 250 pesos que recibíamos.

Un colega, René Rodrigo Ruano, dijo: “en la próxima, si te quedan, yo tengo la solución”. Cuando le enseñé los sobrantes, extrajo una caja de fósforos y convirtió los bonos en cenizas. Ya no tuve que devolver el peso de desayuno.

Si intentamos encontrarle explicación a cada paso que obliga el burocratismo, es como dijo la vecina: tratar de encontrar las dos puntas de un espagueti. Por tanto, Ruano, gracias por el fuego.

Nota: El próximo viernes volveremos sobre el tema con una nota titulada Burocratismo y actualización.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.

Se han publicado 3 comentarios


senelio ceballos
 16/9/18 1:14

Sachelita...Ud se ha leido el folleto......FEIJO y sus cuentos!!!!!.......jajajaja...Chang puede ya escribir no un libro..UNA OBRA con varios tomos!!!

sachiel
 19/9/18 13:20

Sachelito, Senelioooooo.....  Sachelita es mi hermana gemela, que vive en Baguanos...  Feijoo es de mis preferidos, ¿usted se acuerda de Tumbaga? Para no hablar de Juan quinquin, y demas historias.  Y yo agradeceria a Chang que lo hicera asi, serio, pero humoristicamente, que riendo se dicen las mejores verdades.

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sachiel
 14/9/18 11:54

Excelente articulo y anecdotas, Chang, yo espero ver un libro con todas estas cosas bien ampliadas algun dia... hoy por ejemplo, 50-60 centavos CUC diarios no alcanzan para una cajita de comida que vale entre 30-40 y mas pesos, quizas para pizzas de 10-15 pesos, pero no todo el mundo sobrevive comiendo pizzas. Lo normal es que usted gaste ese dinero comprando algnos viveres, y llevandose lo que quedó de la comida de la noche anterior, a su gusto y con agregos si los tiene, para calentar en microondas en su trabajo.  Los más pudientes compran comida de su gusto en paladares, los más preocupados por su bienestar fisico a veces ni almuerzan, o muy poco..  ¿Y las dietas de viaje? Bueno, nacionalmente hasta donde he visto, un viaje por carretera a Oriente puede implicar tener que parar en una paladar (antiguas fondas) donde por un precio "módico", pero al alcance de la dieta diaria, almuerzas bastante, si sabes escoger bien el sitio.... si estas en un hotel de Islazul, gastas unos 9 pesos diarios, desglosados en 1 de desayuno, 4 de almuerzo y cuatro de comida, y te salvas si tu hotel es de mesa buffet y no de servicio a la carta, pues tendrás hambre en la noche si no tienens dinerito de bolsillo paar comprar alguna merienda, si te atacara el hambre nocturna, cuando estas reclinado en la habitación viendo la programación de "cable-satelite" que te ponen. Hay quien tiene más estipendio alimentario (asi le llaman) por valor de 1 CUc o más, similar a los famosos puntos de las tiendas, algo a lo que tambien deberia dedicarsele un buen articulo como este.

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