Arboles, cortina y viento

Ya había terminado la guerra en Vietnam, 1986, y cuando volaba de Hanoi a Ciudad Ho Chi Minh, un pasajero, al escuchar mis preguntas a través del traductor, explicó que lo rojo dentro de las manchas verdes era el Río Rojo y apuntó hacia un área, como quien conoce al dedillo el lugar y continuó: “Yo dirigí las tropas que se dedicaban a cortar árboles y ramas de un lado para colocarlas en otro y engañar a los aviones espías que se confundían, al no coincidir la vegetación con lo que esperaban”.

Hoa, el traductor me dijo: “Parece que es un alto oficial del ejército, y dice que los árboles fueron como soldados que ellos llevaban de un lugar a otro para combatir al enemigo mediante la desinformación”.

Estimulado por conocer esa utilidad de los árboles, también pude escribir en este espacio notas como Ciclones, árboles, beneficios y daños, donde dijimos que los árboles son beneficiosos, pero si no actuamos para convivir en armonía con ellos, pueden ser perjudiciales, por lo cual debemos plantar la especie adecuada en el sitio correcto.

En esa nota se afirma: “Después de los estragos en casi toda Cuba causados por Irma, y sin esperar a que los daños por uno u otro motivo sean cuantificados, a simple vista, en muchas localidades por donde impactó el meteoro podemos ver que la causa principal del desplome de un edificio, o la destrucción de instalaciones exteriores eléctricas o telefónicas, no fueron los vientos ni las lluvias”.

No obstante, si se hubieran podado, esos árboles que Irma usó como arma destructora no habrían caído sobre lo que hoy son ruinas, pero también podrían haber sido un escudo para evitar o atenuar los impactos de los fortísimos vientos y el agua.

En cuanto a esa muralla protectora, la lectora MariaC en el espacio de comentarios afirmó que los árboles sirven para hacer cortinas rompevientos. Y seguidamente preguntó si se están haciendo en Cuba.

En realidad, es más lo que hemos hablado que hecho, sobre la necesidad y conveniencia de que como mismo se hacen proyectos de planificación física para indicar la ubicación de vías, edificaciones, canales de riego y drenaje, todo; también se requiere incluir y ejecutar suficientes cortinas rompevientos.

De más está referirse al beneficio estético o medioambiental, y aunque en las indagaciones para esta nota no se encontraron referencias a que influyan sobre los rendimientos agrícolas de los cultivos que protegen, el solo hecho de salvarlas frente a un huracán es de un valor incuestionable.

Sin la presencia de los nocivos eventos meteorológicos que cada vez son más frecuentes e intensos en el área donde está Cuba, los vientos normales erosionan los suelos, reducen la humedad y la temperatura pudiera no ser la conveniente.

La bibliografía consultada refleja muchos beneficios, tanto para los cultivos, animales como las personas y sus obras, pero en todos los casos se ofrecen normas en cuanto a las especies, la manera de combinarlas, la distancia de siembra, la cantidad de hileras, y un sinnúmero de requisitos que se establecen, luego de años de investigaciones.

Por tanto, al retomar las acciones para fomentar las cortinas rompevientos, vale insistir en que como mismo cada especie de árbol debe ser plantado en el lugar donde armonice, si se va a construir un valladar con ellos también hay que cumplir normas técnicas, o de lo contrario, serán armas de destrucción manejadas por la furia de los vientos huracanados.