Está ubicado a más de 6 km de altura sobre el nivel del mar y, por lo tanto, es el punto donde se desarrollan enfrentamientos militares a mayor altura en la geografía que divide a dos países de grandes proporciones. Sin embargo la llamada gran prensa internacional no le presta atención a esta franja de duelos armados a pesar de que las naciones en litigio poseen armas nucleares y, en cualquier momento, de manera inesperada, se podría iniciar allí una contienda atómica de enormes proporciones con el correspondiente peligro de llevar las mortíferas radiaciones liberadas en las explosiones nucleares a cualquier parte de la Tierra.
¿Cuáles son tan singulares países que poseen armamento nuclear y se disputan un territorio limítrofe? Pues la India y Pakistán, naciones que surgieron a la vida independiente después de terminar la Segunda Guerra Mundial. El territorio en disputa se denomina Cachemira, un valle ubicado al sur de la parte más occidental de la cordillera del Himalaya pero, en el ámbito político el punto de fricción de esa zona geográfica incluye las regiones de Jammu y Ladak.
Cuando la India se independizó de Gran Bretaña en 1947, sus territorios de población mayoritariamente musulmana se segregaron a su vez para constituir el estado de Pakistán. La excepción fue el principado de Cachemira y para afrontar una rebelión interna, su marajá pidió ayuda al cercano gobierno de la India, que aprobó esto a condición de que el territorio pasase a formar parte de su jurisdicción. El príncipe en peligro accedió.
De esta manera apareció en la geografía mundial el punto más elevado de confrontación entre la India y Pakistán, exactamente en el glaciar Siachen con 6,300 metros de altura y que se extiende por 77 kilómetros en la Línea de Control que separa a India de la parte de Cachemira bajo control pakistaní.
El pasado mes de abril ocurrió allí un hecho sangriento sin precedentes: 139 soldados pakistaníes que vigilaban una parte de la extensa línea fronteriza quedaron sepultados bajo un alud de nieve en el fatídico glaciar Siachen.
El sistemático silencio de la prensa internacional acerca de tan peligroso punto de fricción política y militar constituye otra manipulación mediática para sólo resaltar, con mentiras incluidas, aquello que interesa a los poderosos de la Tierra.
Cuando el gobierno de George Bush II decidió invadir Irak se habló en los medios de comunicación internacionales de un poderoso arsenal de armas de exterminio masivo… que nunca fue hallado y mucho menos mostrado.
En esta época obamista los medios de comunicación al servicio de Estados Unidos de América no se cansan de afirmar que Irán va en camino de producir bombas nucleares… sin presentar prueba alguna.
Y, paralelamente, no se dice una sola palabra acerca de las bombas nucleares que Israel sí tiene listas para desencadenar una guerra de exterminio contra el pueblo palestino.
En ese camino de silencios mediáticos se inscribe la falta de información sistemática acerca del campo de batalla a mayor altura del planeta que divide la geografía de India y Pakistán, dos potencias nucleares “olvidadas”.
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