Las verdaderas razones que mueven a alcanzar resultados exitosos en las diversas esferas de la vida nacen de los fines y de los proyectos personales elaborados por cada persona. Parten de las propias convicciones y sentimientos.
Estas motivaciones aportan los ingredientes de energía y las direcciones indispensables en la conducta seguida según cada caso. Es la disposición para supeditar o posponer lo incompatible con los fines propuestos, así como la necesaria inteligencia para una certera reflexión sobre estos propósitos.
Son principalmente las personas verdaderamente fuertes, lúcidas, optimistas, decididas, positivas, proclives a ayudar a los demás y con buenas relaciones humanas las capaces de movilizar la energía mental y física necesaria, para luchar incluso en condiciones adversas y ser capaces de superarlas.
LAS FUERZAS MOTIVANTES
Las personas que buscan el éxito se caracterizan porque tienen una entrega total a los fines propuestos. Existe una diferencia entre quienes solo buscan evitar un fracaso y quienes van decididamente al éxito.
No es lo mismo acudir a un examen con la sola idea de evitar ser reprobados, a tener como meta obtener el máximo de puntuación por la brillantez desplegada. Son diferentes aquellos adaptados a trabajar por un salario cotidiano durante toda su vida, en relación a quienes se empeñan en alcanzar la remuneración máxima posible dentro de su categoría laboral u otra superior. La entrega de los mencionados en segundo lugar es completa y otra idea diferente ni siquiera es contemplada entre sus posibilidades. Son personas seguras, amplias, emprendedoras y anticipadas.
FUERZAS DIFERENTES
Las motivaciones para resultados exitosos a veces pueden ser internas, centradas en la satisfacción personal, sin la búsqueda especial de beneficios externos. Son disfrutadas con solo sentir el control sobre la situación enfrentada. Un hobby es un ejemplo típico, así como la autosuperación o la sensación de éxito.
Las motivaciones externas se relacionan más con las consecuencias y beneficios a recibir por las metas alcanzadas. Tenemos como ejemplo alcanzar un éxito social, la obtención de dinero, comida o cualquier otra forma de recompensa. Se puede no encontrar una persona centrada solamente en una de estas direcciones. En muchos casos ambas coexisten y de forma coyuntural.
GENERANDO FUERZAS
Enfrentado una situación bien definida, el individuo triunfador elabora un juicio realista con suficientes posibilidades de ser exitoso, siempre relacionado con sus reales oportunidades para superar un reto. Finalmente, elabora una conclusión sobre sus posibilidades de éxito. Este proceso se nutre de variadas fuentes de información y quienes poseen experiencias previas en determinada materia se remiten a éxitos anteriores.
Los más novatos acuden a modelos externos a los cuales estudian y luego se comparan con ellos. A través de un diálogo interno, después evalúan sus posibilidades de éxito.
LA PERSEVERANCIA EFICAZ
Una persona motivada, después de realizar su mejor desempeño, puede ceder ante un resultado adverso. Pero la perseverancia inteligente, no la tozudez, lo llevará por la senda de los resultados exitosos.
Es esencial mirarse internamente de manera crítica. Nunca imputar a factores externos los resultados adversos. Y por supuesto, el ingrediente indispensable para el éxito consiste siempre en ejecutar acciones desprovistas de malevolencia y de una u otra forma con indudables beneficios para nuestros semejantes.
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