Se puede caer en fuertes deudas por diferentes razones, como pueden ser la costosa enfermedad de un miembro de la familia, un negocio fallido, apuestas, estafas, adicciones, crisis económica a nivel nacional, incompetencia financiera personal o hasta por asuntos imprevistos.
Las deudas crean estrés y hasta son capaces de corroer la unión familiar. Un matrimonio con deudas pelea con más frecuencia, cada vez están menos tiempos juntos y en ambos puede decrecer la sensación de felicidad.
Las discusiones por las finanzas familiares a menudo se acompañan de agresiones verbales y hasta físicas y eso no debe suceder.
Es común que existan divorcios por discrepancias económicas.
LA SALUD AFECTADA
Debido a las deudas también puede haber afectaciones a la salud. Son capaces de generar, entre otras cosas, falta de sueño, dolores de cabeza, opresión en la boca del estómago, depresión y hasta infartos cardíacos.
DISOLVER LOS PROBLEMAS
Para comenzar, se deben parar en seco los mutuos reproches, pues incluso aunque uno de los cónyuges sea el principal responsable de las deudas, las recriminaciones no servirán de nada. La batalla debe orientarse hacia las deudas, el enemigo común, y no contra otro miembro de la familia.
Se debe hablar del problema abiertamente y tratar de resolverlo entre todos. Las conversaciones deben ser calmadas y sinceras.
MENOS GASTOS
Se debe calcular por escrito todo el dinero que entra o sale de la casa en determinado período de tiempo. Después se debe planificar la reducción de algunos de los gastos y propiciar, entre todos, ahorros en cada cosa posible.
Economizar en el consumo de luz, agua, gas, teléfono o de las conexiones a Internet.
Otra forma de ahorrar es llevarse preparado de la casa el almuerzo y las meriendas para evitar gastar dinero en comprar alimentos callejeros y eliminar compras suntuosas, gastos innecesarios o costosas adicciones.
MÁS DINERO
Se debe intentar conseguir algún pequeño trabajo aunque sea temporal y en horas extras.
Si algún miembro de la familia no tiene relaciones laborales, debe intentar vincularse a cualquier actividad que aporte algo de dinero, como es ofrecer clases particulares, recoger productos reciclables o convertir el pasatiempo favorito en una fuente de ingresos monetarios. Se debe aspirar a todo lo legítimo capaz de acrecentar el presupuesto familiar.
Otra forma es utilizar el transporte público todo lo más posible, incluso aun teniendo vehículo propio, o si fuese posible, trasladarse a pie o en bicicleta.
DISMINUIR LA DEUDA
Una vez equilibrando las finanzas domésticas a favor del hogar, se debe decidir cómo dar el mejor uso al dinero que vaya quedando. Se deben analizar las deudas y tomar medidas. Una de ellas es decidir cuales deudas saldar primero.
En algunos lugares pudiera solicitarse una prolongación de los plazos de amortización o un interés de menor cuantía. Pero ante todo se debe ser sincero y calmado a la hora de negociar las deudas.
EN FAMILIA
Los sacrificios colectivos unirán a la familia en la lucha contra las deudas.
Liquidar las deudas requiere dedicación, pero el esfuerzo por lograrlo ayuda a disminuir el estrés. El alivio no viene a través del problema de la deuda en si, sino por el hecho de afrontarlo juntos.
También se debe dedicar más tiempo a los asuntos verdaderamente importantes como es la educación de los hijos y la consolidación de la pareja.
Y entre todos unidos seguramente se podrá salir de ese mal momento.
Magda
25/2/14 9:49
Excelente articulo, estoy de acuerdo con lo que aqui el autor plantea.
Dr. Quirantes
24/2/14 18:52
Estimada Tide: Leí con mucha atención los criterios expuestos. Por mi parte veo diariamente personas, que fundamentalmente por no saber manejar sus diarias finanzas, se ven endeudadas hasta límites exasperantes. Muchas de ellas se han salido del cauce de la normalidad social. Ejemplos tengo muchos y con independencia de que estas páginas es leída en el mundo entero y sus artículos pueden servir de ayuda a cualquier persona necesitada de información, el estrés negativo, incluidos para quienes viven dentro de nuestras fronteras, en cualquiera de sus variantes necesita en gran medida de orientaciones educativas para encauzar las acciones adecuadas contra los estresores que en gran medida afligen a quienes desconocen las herramientas adecuadas para neutralizarlos. Mis afectos, Dr. Quirantes
Tide
24/2/14 10:49
Respetable doctor Quirantes: Leo lo que ha escrito y pienso que está dirigido más a los que residen fuera de nuestras fronteras que a los cubanos. A nuestros conciudadanos en general no les producen estrés las deudas sino la lucha por el diario vivir: por “atrapar” un transporte para ir al trabajo o los estudios; por “resolver” algo para la comida diaria; porque le reparen un equipo electrodoméstico; por “pugilatear” unos pocos pesos para pagar la luz, el agua, o el teléfono, fijo o celular, si lo tiene. El que no se tenga el dinero para pagar el alquiler no le quita el sueño a nadie. No tiene que desvelarse ni planificar con antelación por el cómo pagar la educación de sus hijos. Si se enferma, la preocupación mayor, tal vez, es la de conseguir el transporte que lo lleve a curarse, y de que lo regrese a su casa. No deberle un peso a nadie es la mejor opción de crédito, y ni se preocupa porque le dejen sin trabajo. Un funeral no deja a toda la familia en dificultades económicas. Sin embargo, los que viven del otro lado del charco están en una carrera constante contra la vida porque todas esas condiciones son a la inversa. ¿Qué las entradas son relativamente mayores? Es cierto, y aunque hasta un “pobre” pudiera tener más que un cubano, los gastos de vida, y la presión por cubrirlos no tienen comparación. Allí sí que las deudas pudieran matar a cualquiera, y declararse en bancarrota, una posible salida parcial, no es nada barato.
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