En la vida de todos los días no hay nada mejor que aprender, practicar y repetir hasta convertirlas en un hábito las mejores costumbres, tanto para posicionarse como un ente social como para conservar la salud.
En relación a la segunda cuestión, observar cuidadosamente tan solo siete hábitos saludables pudiera reducir el riesgo de muchísimas enfermedades y entre ellas la frecuente y no menos seria insuficiencia cardiaca.
Aun consideradas por muchísimas personas la importancia de observar estilos de vida saludables, muchas de ellas no actúan de acuerdo con esos mensajes enviados constantemente por sus propios cerebros, recibidos a veces con indiferencia, dejadez y una gran dosis de falta de voluntad e interés.
SE PUDO DEMOSTRAR
Fue realizada una investigación en la Universidad de Boston y publicada en la revista Circulation: Heart Failure. En este estudio participaron más de 3 200 estadounidenses, con una edad promedio de 59 años y se les dio seguimiento durante 12 años.
Durante ese tiempo, 188 presentaron insuficiencia cardiaca, o sea, el corazón, debilitado, no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del organismo.
LA COMPARACIÓN
Los investigadores se basaron en las directrices para un corazón sano emitidas por la Asociación Americana del Corazón.
Las medidas indicadas en estas orientaciones son: tener controlada la presión arterial, colesterol sanguíneo dentro de límites normales, reducir y normalizar el nivel de azúcar en sangre, ser activo físicamente, comer de manera saludable, perder peso hasta normalizarlo y dejar de fumar.
En las personas investigadas, quienes presentaron un mejor cumplimiento de estas directrices tuvieron un riesgo mucho más bajo de presentar insuficiencia cardiaca.
UNA LISTA REVELADORA
Se confeccionó una lista de comprobación en base a las directrices mencionadas. Por cada punto adicional en el cumplimiento de las mismas, las personas tenían un riesgo un 23 por ciento más bajo de presentar insuficiencia cardiaca.
En comparación con las personas cuya puntuación estaba dentro del tercio más bajo, aquellas situadas dentro del tercio del medio, disminuyeron su riesgo en casi el 50 por ciento. Quienes se encontraban dentro del tercio más alto, o sea quienes cumplían con las directrices de la mejor manera posible, redujeron su riesgo aún más.
LA MORALEJA
De los datos aportados por esta investigación se deduce la importancia del análisis personal en cuanto al cumplimento de estas orientaciones. En caso de duda o de necesitar un apoyo científicamente fundamentado, se debe conversar con el médico de asistencia con el fin de acercarse lo más posible al patrón ideal.
Por supuesto, los más disciplinados y cumplidores siempre serán las personas interesadas en conservar su propia salud.
Aunque soslayado por muchos, mantenerse saludable es una forma de ser feliz y de no convertirse, muchas veces, en una pesada carga para la sociedad y para la propia familia.
La salud personal, vista de esta manera, se convierte en un bien colectivo al cual todos debemos de tributar nuestro más decidido y entusiasta apoyo y colaboración.
* Master en Ciencias y Profesor Consultante
Jefe del Servicio de Endocrinología
Hospital Docente Dr. Salvador Allende
La Habana, Cuba
E.mail. alberto.quirantes@infomed.sld.cu
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