Existen pruebas crecientes de la importancia de la participación de los padres en la crianza de los hijos, incluida la educación nutricional y la práctica de deportes.
Su efecto benéfico en estas áreas del desarrollo demuestra cómo la acción de los papás y su ejemplo positivo puede influir beneficiosamente en la salud integral del niño y en la prevención de la obesidad infantil.
LOS PADRES Y LA OBESIDAD INFANTIL
Mientras mayor sea la participación de los padres en el cuidado y educación de los niños existe menos probabilidades de que sus hijos lleguen a padecer obesidad a los 4 años, según una investigación realizada en la Johns Hopkins School of Public Health, en Baltimore, Estados Unidos y publicada en la revista Obesity.
Durante la investigación fue estudiada, de forma longitudinal en el tiempo, a una muestra representativa nacional de aproximadamente 10 700 niños desde su nacimiento en 2001 en Estados Unidos, hasta el primer grado de primaria.
Cuando los padres eran más participativos en cuanto a los niños y colaboraban con mayor frecuencia en tareas cotidianas tales como vestirse, cepillarse los dientes y bañarse, los niños eran 33 por ciento menos propensos a padecer obesidad de los 2 a los 4 años de edad.
Además, cuando aumentaban las veces con que los padres llevaban a sus hijos a pasear o a jugar, se relacionó a una disminución de 30 por ciento, también en la obesidad.
CARACTERÍSTICAS DE LOS PADRES
Todos los padres investigados vivían en la casa con sus hijos en hogares normales, con madre y padre presentes y vigentes, pero, en general no eran los cuidadores primarios, papel destinado a las madres de esos menores.
Los padres de la investigación trabajaban en la calle en promedio 46 horas a la semana, y las madres 18 horas en ese mismo tiempo, en promedio.
MAYOR PARTICIPACIÓN
Casi siempre las orientaciones sobre la prevención de la obesidad infantil suele estar dirigidas a las madres de los pequeños por considerar su papel primordial en esto menesteres.
Pero con estos resultados se pone en evidencia el importante papel de los padres en la salud de sus niños en cuanto a la prevención de la obesidad infantil. Y constituye un beneficio añadido en la crianza de los menores de la casa.
PADRES SEGUNDONES, NO!
Es una realidad. Habitualmente los padres se han sentido ignorado durante las consultas médicas con los pediatras, incluso en los casos donde se han encontrado presente, pues la atención de los médicos se enfoca más directamente hacia las madres.
Por otra parte, el papel preponderante y casi absoluto del sexo femenino a la hora de cocinar, priva a los padres de un mayor conocimiento en relación a una saludable alimentación y la manera más apetitosa de preparar buenos y variados platos, una forma de incorporar un estilo de vida saludable en relación a las comidas.
Por ese desconocimiento, a la hora de cocinar ellos pudieran preparar un menú menos nutritivo y poco apetecibles cuando se comparan con la “cocina de mamá”.
Esa falta de preparación pudiera conllevarlos a ser más tolerante con las meriendas de los niños y con un mayor tiempo de sedentarismo para esos menores a la hora de cuidarlos.
UN MAYOR PROTAGONISMO
En un hogar estable y bien constituido, donde reine la armonía entre los dos padres, el sexo masculino debe jugar un mayor papel en la crianza de los hijos desde la más tierna edad.
Si bien los padres han aumentado su participación en el hogar en los últimos tiempos, se deben explorar las posibilidades donde aún con un menor tiempo disponible, sus acciones y su ejemplo dentro del hogar y en la crianza de los hijos, ejerzan una bienhechora influencia sobre el cuidado de la salud y la prevención de la obesidad infantil.
Susana Molina
27/9/17 14:54
Muy reveladora esa investigación. La participación de los padres en el cuidado y salud de los hijos es fundamental.
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