Aunque se mantenga la misma cantidad de calorías y de carbohidratos en la dieta de un niño, reducir el azúcar de su alimentación puede incidir positivamente en su salud de manera prácticamente inmediata.
Esta disminución azucarada puede provocar una rápida reducción de la presión arterial, de la glicemia y del colesterol según fue demostrado en una reciente investigación.
EL AZÚCAR POR DENTRO
El azúcar o sacarosa, químicamente es llamada un disacárido pues está compuesta por dos azúcares simples o monosacáridos, la glucosa y la fructosa.
Ha sido demostrado como la fructosa puede propiciar el envejecimiento de las células del cuerpo humano.
Además, dicha fructosa actúa sobre el llamado “sistema de recompensa” en el cerebro de cualquier persona tal como lo hacen las drogas.
Cuanta más azúcar se ingiere, más se desea.
LA MANERA DE DEMOSTRARLO
Investigadores del Hospital Pediátrico Benioff de la Universidad de San Francisco, en California, Estados Unidos, realizaron una investigación publicada en la revista Obesity, donde reunieron un grupo de 43 niños obesos de 8 a 18 años de edad y les indicaron una dieta mantenida durante nueve días con una restricción severa del azúcar, aunque reemplazada con alimentos ricos en almidón con el fin de mantener constante su ingestión de carbohidratos y de calorías y conservaran su mismo peso.
Todos ellos tenían, además de la obesidad, por lo menos otra enfermedad metabólica crónica como hipertensión arterial, elevación del colesterol sanguíneo o resistencia a la insulina.
Durante la prueba consumieron la misma cantidad de carbohidratos proveniente de otros alimentos, pero la ingestión total de azúcar se redujo de un 28 a un 10 por ciento.
LOS RESULTADOS
Pasados 9 días de mantener este tipo de alimentación reducida en azúcar, prácticamente cada uno de los factores analizados en cuanto a su salud metabólica mejoró, aun sin haber cambios significativos en su peso y en el número de calorías ingeridas.
La presión arterial llegó a cifras muy cercanas a la normalidad y se redujeron las cifras de colesterol malo, triglicéridos, glucosa e insulina sanguínea.
Con esta investigación se demuestra como el azúcar es metabolicamente dañina no solo por su influencia en el peso corporal o por sus calorías, sino sencillamente por sí misma, por ser azúcar.
LOS PERJUICIOS DEL AZÚCAR
Con estos resultados surgen nuevamente preocupaciones sobre los efectos directos del azúcar sobre la salud.
Ya es tiempo de poner en duda el criterio de que una caloría es una caloría proceda del alimento que proceda. No es solo una cuestión física sino también química.
No es lo mismo una caloría proveniente del azúcar que de una zanahoria o de la carne de pescado o pollo.
UNA ALERTA TEMPRANA
En otras investigaciones ya había sido demostrado como el azúcar por sí misma, químicamente puede poseer efectos metabólicos perjudiciales más allá del aumento de peso en base a sus calorías adicionales.
Lo encontrado hasta ahora es una alerta temprana añadida a otras muchas evidencias de la necesidad de revisar los patrones alimentarios con el fin de modificarlos hacia metas saludables.
En la obesidad no se trata solo de reducir las calorías disminuyendo las cantidades de la comida habitual.
El método es totalmente diferente pues se trata de cambiar determinados alimentos ricos en azúcar, por otros donde se elimine o disminuya significativamente este peligroso enemigo.
Los carbohidratos necesarios al cuerpo humano aportarlos a través de alimentos nutritivos como pueden ser las frutas y los vegetales.
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