El cáncer es la principal causa de muerte a escala mundial, y el de mama aporta una cuota considerable de fallecimientos.
En el año 2012 se produjeron en el mundo 521,000 decesos por este tipo de cáncer. Por lo menos el 30 por ciento de los desenlaces fatales hubieran podido evitarse, esquivando los principales factores de riesgo.
Uno de ellos es la inactividad física junto con la obesidad, la dieta malsana y el consumo de tabaco y alcohol.
MUJER PRECAVIDA
Las mujeres deseosas de evitar el cáncer de mama, entre otras cosas deberían practicar y mantener un régimen de ejercicio sistemático sobre todo las de la tercera edad.
Pero teniendo en cuenta a la actividad física cotidiana como factor protector y preventivo del cáncer del seno, dicha protección desaparece cuando se abandona el ejercicio.
ES DEMOSTRABLE
Fue realizada una investigación en el Institut Gustave Roussy en Villejuif, Francia y publicada en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, donde se demuestra la importancia de la actividad física y de su práctica sistemática en los años posteriores a la menopausia.
Plantean cómo el ejercicio se consolida como una importante estrategia de prevención para el cáncer de mama.
La base de esta investigación fue el seguimiento dado a 59,000 mujeres en edad posmenopáusica en Francia durante un promedio de 8.5 años.
En esta etapa se diagnosticó cáncer de mama primario invasivo a más de 2,100 de las mujeres.
¿QUIÉNES FUERON ELLAS?
Quienes realizaron de manera sistemática durante los 4 años anteriores tan solo el ejercicio equivalente a caminar o montar en bicicleta por lo menos 4 horas a la semana, presentaron un 10 por ciento menos de probabilidades de diagnóstico de cáncer de mama en relación a quienes hicieron menos ejercicio.
Incluso la actividad física modesta y de tipo recreativo parece influir rápida y positivamente sobre la disminución del riesgo del cáncer de mama.
AUNQUE NO SE PIDE MUCHO, ES MEJOR MÁS QUE MENOS
Solo con caminar 30 minutos cada día ya se comienzan a recibir los efectos de la prevención.
Por eso se debe estimular a las caminadoras posmenopáusicas a seguir haciéndolo cualquiera sea la edad.
Aunque mientras más ejercicios se hagan más aumentan las probabilidades de reducir el riesgo de cáncer de mama. Por supuesto, en base a la edad y al estado de salud de este grupo de mujeres, sobre todo las de la tercera edad.
ES PARTE DE UN TODO
La actividad física es una parte importante en la prevención del cáncer de mama y de los cánceres en general.
Mantener un peso y una dieta saludable también son factores de primer orden en las estrategias de prevención del cáncer.
Aunque las mujeres estudiadas pudieran pertenecer al grupo de personas con un estilo de vida más saludable en general, todo apunta a que añadir el ejercicio a la rutina diaria, no solo reduce el riesgo de cáncer, sino también mejora la salud.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.