Dieta mediterránea para mejorar la función cerebral

Una alimentación deficiente y mal equilibrada puede facilitar la aparición de alteraciones cognitivas y demencia en individuos de edad avanzada según se ha demostrado en diferentes investigaciones.

Sin embargo, mantener el consumo de una alimentación saludable como es la dieta mediterránea, se relaciona con una  mejor función de las funciones cognitivas por un mayor espesor de la corteza cerebral en esta etapa de la vida.

UNA DE LAS INVESTIGACIONES

En una investigación realizada en la Clínica Mayo, Rochester, Estados Unidos y publicada en la revista Alzheimer and Dementia sobre envejecimiento, se pudo demostrar a través de imágenes cerebrales  realizadas a personas apegadas a los principios nutricionales de la dieta estilo mediterránea, o sea, con un mayor consumo de legumbres y pescado, un mayor grosor de su corteza en  determinadas zonas cerebrales cuando fueron comparados con los menos apegados a este tipo de saludable alimentación por ser  mayores consumidores de azúcares e hidratos de carbono simples.

Estos últimos tenían un menor espesor de sus cortezas.

Dichos resultados evidencian como las personas pueden cooperar activamente a mantener indemnes sus facultades mentales e incluso reducir el riesgo de demencia senil, cuando son capaces de concentrarse en una alimentación saludable.

MÁS DATOS A FAVOR

En otra investigación realizada en  la Universidad Swinburne, en Melbourne, Australia y publicada en la revista  Frontiers in Nutrition, se analizaron datos de 18 estudios anteriores.

En todos ellos se constató como apegarse a consumir los componentes de la dieta mediterránea mejoraba la atención, la memoria y el lenguaje y frenaba el deterioro cognitivo propio de una avanzada edad, con independencia de la mezcla de población y del país en el cual se estuviese realizando la investigación.

LOS COMPONENTES DE ESTA AFAMADA DIETA MEDITERRÁNEA

Puede cumplirse con esta alimentación prácticamente en cualquier parte del mundo. En esta dieta debe predominar  pescado, granos y cereales integrales, verduras y legumbres. Todos ellos, como se señaló anteriormente,  favorecen un mayor grosor de la corteza cerebral.

Distintas regiones de esta importante zona del cerebro disminuyeron su grosor en los consumidores habituales de azúcar, carbohidratos simples y carnes rojas.

Las funciones cognitivas específicas capaces de mejorar en los mejores alimentados fueron la memoria a largo plazo y de trabajo, la capacidad ejecutiva y las definiciones visuales.

NO SOLO EL CEREBRO ES BENEFICIADO

Es conocido,  la mala alimentación cobra su precio en la edad media con la aparición de enfermedades cardiovasculares y cáncer. En edades más avanzadas la amenaza se cierne sobre el cerebro.

Una alimentación saludable no solo es bueno para el corazón, los vasos sanguíneos y en la prevención del cáncer para la población en general, sino también para conservar adecuadas facultades mentales en los ancianos.

MECANISMOS DE ACCIÓN DE UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Con una alimentación saludable se reducen las respuestas inflamatorias del organismo, se incrementa ostensiblemente la ingestión de los micronutrientes como son las vitaminas y los minerales subsanando cualquier déficit  de estos elementos, mejoran las cifras de las grasas sanguíneas y pudiera modificarse favorablemente la flora intestinal.

La dieta mediterránea ofrece la oportunidad a cada persona de cambiar por sí mismo y a su favor, algunos de los llamados factores de riesgo modificables.

Constituye un aporte no farmacológico para disminuir en las personas el riesgo de afectaciones cognitivas al mantener un adecuado grosor de la corteza cerebral.